DRAGGING ENTRAILS son
un grupo con una hasta ahora corta trayectoria, formados en el 2011 en torno a Mats
y Martin Funderud de los noruegos KRAANIUM (aquí con sus nombres reales), en
guitarra y voces respectivamente, a quienes se une desde Estados Unidos como
segunda voz Jaymes Grundmann, berreador y multiinstrumentista pluriempleado en
bandas todas de parecido pelaje, como NEPHRECTOMY o EXPURGATE entre muchas
otras, y que ha pasado también por las filas de ENTRENCHED INGURGITATION, amén
de otras cuantas. La sección rítmica se cubre con dos miembros de PARASITIC
EJACULATION, Josh Schwartz al bajo y Donovan Dettle a la batería, el primero de
ellos además ex-NEPHRECTOMY.
Lo primero que hay
destacar, por tanto, es que estamos entre gente habitual del mundillo, músicos
experimentados que van y vienen de una formación a otra y en cada cual hacen
más o menos lo mismo, aunque por suerte con diferencias, como en esta ocasión.
El segundo punto reseñable es que la alineación consta de una sola guitarra
pero de dos vocalistas, una idea que va ganando adeptos poco a poco y que en el
caso de DRAGGING ENTRAILS encaja a la perfección, como enseguida veremos. Y una
tercera y última cuestión antes de entrar en faena es que el bajo y la batería
del álbum no los grabaron los actuales músicos, sino dos que a día de hoy
forman parte de DEVOUR THE UNBORN, otro grupo de coordenadas similares aunque
bastante más burdo.
La principal aportación
de este disco y del grupo en sí es haber bajado los tempos de las partes Slam
hasta niveles de lentitud casi propias del Doom, y de paso haber reducido la
presencia de esos insufribles ritmillos entrecortados, a veces casi
espasmódicos, de los que tanto abusan las bandas de Slam y a los que muchas recurren
sin ningún atisbo de personalidad. Aquí sólo asoman algunos de vez en cuando al
principio de los temas, o durante más tiempo en “Embryopaste lubrication”, pero
por lo general las cosas van por otro lado. Lo que les gusta son las partes
ultrapesadas y ralentizadas al límite, como en la mayoría de “Meat cleaver d-cupitation”
(al principio se cuelan todavía los ritmillos típicos), en todo “Defile the
disabled” y “Misogynistic clitoral flaying”, en el final de “Infatuated labia
disgorgement”, en la parte central de “Leper cunt” o en tantos otros momentos.
El resultado es aplastante, sencillamente bestial, y cuanto más simple lo hacen
más espantoso suena.
El uso de una sola
guitarra, como decía, encaja de maravilla con este estilo que eleva la
simplicidad y la fuerza a protagonistas absolutos, pero en lo que no sacan todo
el partido posible es en el aspecto vocal. Hay grupos que con un solo vocalista
tienen más variedad de registros y de timbres que ellos, y no se entiende que
no aprovechen mejor el contar con dos,
tanto en la diversidad de sonidos como a la hora de ponerlos a gruñir a la vez,
cosa que hacen muy poco. Una pena, la verdad. Esto, junto a la muy escasa
duración (unos diecinueve minutos de música en ocho temas, que alargan mediante
dos ambientaciones introductorias colocadas en sendas mitades del álbum, ambas
típicas y previsibles), es la mayor pega que presenta este debut de DRAGGING
ENTRAILS, pero tratándose de un primer intento hay que valorar más sus puntos
positivos, como son reforzar uno de los pilares del género y aportar al mismo tiempo
un pequeño destello de personalidad.
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