“Manual de Slamming
Brutal Death Metal: ‘Dementia tremens’ de EXPURGATE”. Sería un título igual de
válido para este disco, o para el volumen dedicado al Slam en una hipotética
colección de manuales de música extrema. Lo que hacen está a un nivel de
purismo intachable, tanto para lo bueno como para lo malo, así que sorpresas
será lo último que encontremos. Brutalidad mucha, una producción muy correcta también,
y en general música hecha sin salirse un milímetro de los dogmas del género.
Se trata de uno más de
los innumerables proyectos de Jaymes Grundmann, el tipo más ocupado de todo
Colorado, y probablemente en el que mejores resultados ha conseguido, por
encima claramente de sus compañeros de viaje. Todo el mundo cumple con su
papel, el sonido es estupendo, los instrumentos están equilibrados en la mezcla
y los temas tienen partes pesadas junto a otras más técnicas, pero es la voz
del monstruito la que destaca exhibiendo toda su gama de tonos, inflexiones y
cabriolas sonoras posibles. Desde el clásico gruñido cavernoso hasta el pig-squeal más irritante pasando por el
registro de cisterna rancia, Grundmann hace alarde de sus capacidades y presenta
una asombrosa serie de timbres que le convierten en todo un contorsionista
vocal.
La música, no obstante,
se limita a lo previsible y no ofrece nada que no hubieran hecho DEVOURMENT o
SUFFOCATION hace una década. Los riffs y los ritmos oscilan básicamente entre
dos tipos, uno más pesado con los breakdowns
y los riffs en palm-mute de rigor, y
otro más rápido en el que las guitarras disparan ráfagas de notas seguidas a
ritmo regular, sin llegar al nivel de dificultad de los neoyorkinos. Hay
algunas partes más, pero en general se centran demasiado en estas variantes sin
dejar mucho sitio para otras, y tampoco es que en ninguna de esas dos vayan
sobrados de ideas o imaginación. Eso sí, el disco es aplastante, es salvaje,
está realizado con profesionalidad y ofrece un disfrute primario, selvático,
visceral, ideal para hacer el cafre y destrozarse el cuello. Completa la oferta
una estupenda portada a cargo de la angelina Kahori Takeda, artista que se
prodiga poco pero que cuenta, a diferencia del grupo, con un estilo muy
reconocible plasmado en portadas como las del “Orgasm induced diarrhea” de
GORATORY o el “Teabagged at birth” de SIKFUK.
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