Esto y 7 H TARGET son
ahora mismo lo mejor que está dando el Slamming Brutal Death, no tengo la menor
duda. Y si no lo mejor, desde luego lo más esperanzador, lo más amplio de miras
a la vez que lo más bestia, y, por tanto, lo único que puede garantizar la
supervivencia de un género que de por sí da pocas oportunidades. Se trata de
otro grupo transoceánico, esta vez con el Pacífico entre costa y costa, ya que
la colaboración va entre el californiano Chris Peluso (ex-CEREBRAL ENGORGEMENT,
ex-SPLATTERED) a la guitarra, bajo y batería programada, y el Shawn Whitaker de
Taiwán, Larry Wang, a la voz, otro de esos personajes inquietos y desquiciados
que copan varios frentes a la vez. El grupo cuenta para los directos con su
colega de GUTTURAL CORPORA CAVERNOSA Hsuan Liu a los parches y con el ex-CONDEMNED
Mario Pena al bajo, pero el álbum se grabó prescindiendo de la participación de
estos dos músicos.
Grabado en casa, con
las partes instrumentales yendo y viniendo de San Diego a Taipei para que Wang
metiera voces, y finalmente mezclado por Alex, batería de ABOMINABLE PUTRIDITY
y dueño del sello que lo edita, el disco suena sencillamente espectacular, a un
nivel fabuloso en cuanto a brutalidad, claridad, definición, equilibrio, todo…
Impresiona cómo han rentabilizado al máximo una producción hecha con medios tan
modestos. Sólo se echa en falta la naturalidad propia de un batería humano (y sin
triggers), pese a que aquí la batería programada suena bastante convincente
dentro de su inevitable aspecto robótico, y también que hubieran potenciado más
los cambios de dinámica que dejan solamente insinuados en varios sitios. Y eso
que el disco no se vuelve machacón, pero más por el mérito de los cambios de
ritmo y el uso de distintos timbres y tesituras que por los de la grabación en
sí. Incluso sin intros ni otras distracciones, sus veintisiete minutos de implacable
agresión sonora resultan amenos y se pasan como un soplo.
Y es que las
composiciones tienen un nivel igualmente asombroso, sin inventar nada ni
resultar de por sí innovadores, pero son un repertorio de todas las
posibilidades del género, una tras otra. Cualquier cosa que se pueda hacer y
tenga sentido, estos dos monstruos la han hecho aquí y hasta sus últimas
consecuencias. Partes ultrapesadas, ritmos destrozacuellos, blasts
estratosféricos junto a redobles de bombo que parecen martillos mecánicos, guturales
aberrantes, chillidos estridentes, voces superpuestas... y por la parte de la
guitarra toda la pirotecnia que uno quiera imaginar pero sin abusar de ningún
color. Cada cosa en su sitio, cada recurso usado en su momento y sin resultar
pretencioso, ya sean disonancias, mini-solos, detalles técnicos o ambientales,
arpegios, armónicos, trémolos de una nota… Nada está hecho para hacer alarde de
adhesión a una escuela concreta, sino para reforzar la potencia del tema. Si
además consiguieran darle una identidad más clara a cada uno de estos bajando su
nivel de abigarramiento estructural, como sí la tiene por ejemplo la versión
del “Pulses in rhombus forms” de WORMED, estaríamos ante todo un hito en el
género. Creo que Chris Peluso tenía previsto trasladarse unos meses a Taiwán
para trabajar con Larry en su segundo disco, así que todo será cosa de esperar.
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