Otra pandilla de
cometripas venidos de Estados Unidos y formados hace poco tiempo. No son de
Texas, como tantos compañeros de fechorías, sino de la soleada California, y la
verdad es que esto se nota, incluso en cosas como la imagen personal, pero
sobre todo en la apuesta por superar la tendencia más cerril, radical y
estrecha de miras, que a menudo no tiene otro horizonte que la autodestrucción
por su propia limitación interna. Con la sección rítmica haciendo doblete en
DRAGGING ENTRAILS, estos tipos tocan Slam Brutal Death del bueno, con potencia,
ritmos aplastantes, cerdismo y guturalidad, pero también con una gran variedad,
un sonido discernible y una serie de detalles que les ponen en primera fila del
movimiento sin renegar de ni una sola de sus bases.
Hacen lo mismo que
otros mil grupos pero bien hecho, y si esto es lo que han conseguido en tres
años, será interesante ver hasta dónde llegan. Por ahora ya han mejorado
sensiblemente lo que plasmaron en su EP del 2012 “Sickening conduct”, bastante
más tosco que este primer larga-duración, gracias a la entrada del nuevo
guitarrista Mike Mostachetti, cuya trayectoria anterior discurrió por terrenos bastante
distintos de lo que practica en PARASITIC EJACULATION. Ahora es un devoto
entusiasta de los armónicos y de los riffs trepanadores de cráneos, de lo
primero hay hasta hartarse, por todas partes y cada poco rato, a veces casi el
riff entero está hecho a base de armónicos. Y sin embargo no puede decirse que
se exceda en su uso, porque hay mucho más que armónicos y cada tema tiene
suficientes partes y cambios como para que no resulten cargantes.
Ese gusto por los
cambios es a la vez el mayor lastre del disco, ya que cada tema es como un
mercadillo saturado de ofertas variopintas que despistan, aturden y distraen. El
stop-and-go está muy bien y es efectivo cuando se usa de vez en cuando, y
además es un rasgo de estilo, pero cuando se abusa acaba haciendo que se pierda
la propia noción de tema como algo individual. Por la parte de los méritos hay
que destacar un bajo con cuerpo y nitidez, que se oye claramente y que incluso
tiene sus momentos para anunciar en solitario ciertos riffs. Sin embargo, las
virtudes de las seis y cuatro cuerdas no se ven acompañadas por las de una
batería demasiado elemental y una voz que hace demasiadas veces el mismo ritmo
de las guitarras y no un patrón propio. Las colaboraciones vocales de Andy
Smith (LOGISTICAL SLAUGHTER), Tyler Sharpes (fundador y frontman de SHORT BUS
PILE UP) y Zack Shaw (PHALOPLASTY, entre otras bandas) tampoco están a la
altura, ya que sólo en la segunda se aprecia bien el papel de cada vocalista y
las diferencias entre ambos.
Por lo demás, las
intros habituales pero sin abusar de duración, la temática habitual pero
mostrando ya desde los títulos un acercamiento algo más sutil a la misma, y una
portada y un logo que participan también de esta personalidad hecha de pureza
sin extremismos, de integridad alejada de las cloacas. En general el disco deja
muy buena impresión, se aprecia talento, seriedad, gusto por las cosas bien
hechas y de vez en cuando muy buenas ideas, como en “Intrauterine omophagia” o
“Esophageal decay”, momentos ciertamente inspirados y otros directamente
devastadores. Pero también es irregular, poco conciso, un poco desordenado y le
falta identidad. En medio de riffs alucinantes se cuelan otros que son del
montón, y estilísticamente aún divagan entre lo convencional y tópico y un
enfoque decididamente innovador y personal, del que se ve que son perfectamente
capaces.
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