Quien conozca bien a VOMITORY sabrá lo que suelen ofrecer: Death sin florituras, directo al gaznate y casi invariable a lo largo de ya ocho discos, como bien indica el título de este CD. Y eso es lo que nos gusta de ellos, que saben exactamente lo que se espera de sus discos y que nunca defraudan. Uno de esos grupos con licencia para repetirse y encima hacer de ello una virtud. Tuvieron momentos quizá más destacados a ambos lados del cambio de milenio con los álbumes “Redemption” y “Revelation nausea”, pero en general han llevado una trayectoria intachable y han construido una discografía que es un modelo de perseverancia.
En esta nueva entrega, no obstante, encontramos ligeras novedades que no se desmarcan mucho de la personalidad musical del grupo pero que son bienvenidas, pese a todo lo dicho antes, como la presencia de tempos más lentos en diversas partes o incluso en temas enteros, caso de “They will burn” o “Shrouded in darkness”. Más sorprendente resulta aún que a renglón seguido de la primera de esas dos planten otro tema que, al menos durante la mitad de su duración, mantiene también el acelerador a raya. Se ve que no es casualidad, y lo cierto es que añade un componente de variedad a su música que se agradece y que no les quita ni una milésima parte de brutalidad ni de credibilidad.
Otra faceta que llama la atención es que tanto el sonido como algunos riffs se inclinan claramente hacia el Thrash Metal: así, por ejemplo, la citada “They will burn” empieza en un estilo totalmente SLAYER y de hecho prosigue con una estrofa que recuerda horrores a la de “Fictional reality” del álbum “Divine intervention” -salvo por el tipo de voz, claro-, mientras que la de “Forever damned” hace lo propio con la de “Epidemic”, retrotrayéndonos a 1986. Pero son momentos aislados y que de nuevo introducen un punto de diversidad perfectamente medido, y en todo caso las influencias vuelven de nuevo a terrenos más brutales cuando la estrofa de “Combat psychosis” evoca la del “Suffer the children” de NAPALM DEATH.
Lo dicho, VOMITORY son una apuesta segura si sabes lo que te espera con ellos y eso es lo que buscas, un grupo que desde hace años representa uno de los estandartes del Death con mayúsculas y todo un símbolo de su permanencia, y que encima ahora se muestran capaces de ampliar su paleta sonora sin traicionarse lo más mínimo.
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