sábado, junio 18, 2011

FEN- Epoch (2011)

Evaluar un disco comparándolo con otro no es lo más justo, pero a veces es práctico. En este caso es casi inevitable pensar en la anterior obra de FEN, el fabuloso “The malediction fields” del 2009, a la hora de hablar de su segundo disco. No se trata de decir cuál es superior -aunque también esto al final es inevitable- o de juzgar el valor de los cambios que haya habido, sino de aprovechar las diferencias y semejanzas para explicar qué ofrece este “Epoch”.

Básicamente sigue siendo Post-Black, o Black de vanguardia, o Black atmosférico, o cualquiera de esas varias etiquetas que más o menos vienen a significar lo mismo. Lo que ha cambiado es que este trabajo es mucho más lineal y algo más monótono, sin los contrastes, las líneas de tensión ni las vibrantes dinámicas de su debut, y la profundidad ha dado paso a algo más plano y previsible. La consecuencia es que ha disminuido la mágica capacidad de evocación que hacía tan especial aquel primer disco.

Y es difícil de entender, porque lo normal de un grupo en expansión es que amplíen sus procedimientos, pero en “Epoch” se abusa de los mismos mecanismos, los mismos cambios, las mismas estructuras. Sólo en “Half-light eternal”, con su reminiscencia inicial del tema “Colossal voids”, volvemos a encontrar un punto por el que se filtra la luz y la atmósfera se despeja, o también en “The gibbet elms” y sus sinuosas líneas de bajo. En la final “Ashbringer” muestran su faceta más veloz, agresiva y a la vez épica, logrando otro de los puntos álgidos del álbum.

Por el lado contrario, el de los deméritos, pesa mucho el sonido de la batería, en especial la caja, con un timbre tosco y hasta estridente que destaca demasiado y no encaja con la densidad opaca del resto de instrumentos. También la propia ejecución de las partes de batería deja mucho que desear, y en temas como “Of wilderness and ruin” y “Carrier of echoes” la insistencia y repetición casi permanente de un mismo patrón se vuelve verdaderamente aburrida.

Aun así el disco presenta temas intensos y bien construidos, arreglos cuidados y pasajes donde la mezcla de primitivismo y delicadeza logra crear ambientes sugerentes. En sí mismo arroja un resultado más que favorable, y al margen de que su predecesor hubiera dejado el listón muy alto, es un disco altamente disfrutable y lleno de matices y de ambiciosa creatividad, pese a no culminar todo su potencial.

No hay comentarios: