Los polacos DECEPTION no son nuevos en esto, y como tantos otros grupos que viven y progresan en el underground, hacen lo que les da la gana y van a lo suyo. Su primer disco, que aunque fuera una agrupación de las dos primeras demos autoeditadas tenía solvencia, acabado perfecto y un estilo unitario, se movía en un Death clásico, un poco a la americana aunque con menos desarrollo técnico. Luego sacaron dos álbumes más volcados hacia el estilo de IMPIETY o de sus compatriotas STILLBORN -con quienes, por cierto, han intercambiado y comparten músicos-, y ahora vuelven con su cuarto asalto.
Y siguen tan furibundos y maléficos como de costumbre, pero en esta ocasión recuperan la línea de aquellas demos aunque manteniendo también algo -poco- de esa segunda época centrada en sonoridades rasposas y ambientes blasfemos casi Black. La combinación no está nada mal, realizada con su habitual simpleza de planteamientos pero terriblemente efectiva. Death directo, muchos blasts, riffs del montón y un sentimientos de rabia satánica permanente.
No es un grupo que destaque por su nivel instrumental, su imaginación compositiva ni su gusto por innovar, no aportan nada sustancialmente personal y sus ideas son genéricas la mayor parte del tiempo. Pero quien haya seguido su carrera sabrá que son auténticos y que desprenden un aura de maldad que se plasma a la perfección en su música. Saben lo que quieren hacer y lo hacen con total dedicación, y el resultado no será excelente, pero convence.
En el disco destacan temas como “Plague”, algo más pegadiza que el resto, la breve y explícita “Fire, blood and death”, con su título reminiscente de BATHORY, y sobre todo la final y destructiva “I stand above you”, mientras que el intento por diseñar una pieza de grandes dimensiones en el tema-título se queda a medio camino. Ocho minutos y medio no es el terreno en que mejor se desenvuelven, lo suyo es el ataque directo y la brutalidad infernal, y de eso parece que aún tienen para rato.
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