Una vez, hace tiempo, me pasé un par de días escuchando el único vinilo de los americanos PSYCHOPATH sin notar que el plato estaba a 45 revoluciones y hasta que no pinché otro distinto no caí en la cuenta (supongo que entretanto usé otros formatos). Al principio no daba crédito, porque me parecía increíble que en 1991 alguien pudiera haber grabado un disco tocando tan rápido, pero al mismo tiempo me extrañaba que la voz fuese tan chillona y que la producción no fuera todo lo contundente que correspondía al género. Tonto de mí. Cuando descubrí mi error me caí de una deliciosa nube en la que creía haber encontrado una joya oculta a cargo de unos pioneros desconocidos. El caso es que lo que ahora me provoca este MCD me recuerda vivamente a aquel pasmo en que floté engañado un par de días, pero esta vez es de verdad. De hecho el acabado sonoro es aquel mismo de la versión acelerada, pero esta vez con la voz en su sitio y sin que la velocidad esté trucada.
No son unos pioneros ni esto es una joya, desde luego, y ni siquiera inventan nada. Son unos SUFFOCATION, PYREXIA o ANGEL CORPSE al doble de revoluciones, dan un millón de notas por minuto y verles en directo debe ser apoteósico, pero nada más, y hay otros mil grupos haciendo lo mismo. Su gran mérito es que la producción permite distinguir todo sin problema, algo de lo que no pueden presumir todos los grupos de esta tendencia y que en realidad es imprescindible para que el torrente de riffs hiperminuciosos y ultraveloces no se pierda en una bruma amorfa, lo que sería un contrasentido. Lo único que le falta a la producción es mayor potencia en los graves, donde se queda bastante escasa. Pero eso se puede arreglar con una buena ecualización, lo cual es imposible en el caso de que falte definición en el sonido o diferenciación en los instrumentos.
Sin ser exactamente Brutal Death, se trata de una música monstruosamente extrema, por la velocidad y por el ametrallamiento constante de notas y más notas, correctamente secundado por una voz no demasiado gutural y una batería algo simplista, aunque con un sonido de caja perfectamente nítido y con pegada, mientras que el sonido de guitarra, pese a la mencionada producción, es lacerantemente salvaje, lo cual es un logro aún mayor. La mayoría de los temas empiezan directamente con riff+blast, sin preámbulos de ningún instrumento por separado, para qué perder tiempo, y el único que no lo hace tarda tres segundos en ponerse al hilo, literalmente. Luego pasan por secciones intermedias más moderadas y después se lanzan de nuevo a correr, volar o como se le pueda llamar a este delirio frenético.
Para acabar regalan una versión del “Infecting the crypts” de SUFFOCATION, que viene a ser la mejor prueba de todo lo que he dicho: incluso si uno no conociera el tema, al poco de empezar ya notaría que no lo ha compuesto el mismo grupo, la velocidad no es la misma, las notas son más largas y todo da la impresión de ser el antepasado modesto de los anteriores temas, como en verdad ocurre. Viene muy bien para contrastar cómo ha cambiado el estilo a lo largo de las décadas, o para preguntarse qué más se podrá llevar a los extremos en las que estén por venir.
Los temas habían sido grabados ya en forma de Demo en el 2002, antes de que los miembros de la banda se involucraran más en su otro proyecto, NECROTIC DISGORGEMENT, en una línea musical muy similar. Ahora han sido remasterizados y editados bajo los auspicios de Comatose Music en forma de CD. Mención especial para la aberrante portada obra de Mike Hrubovcak y su entretenida ristra de homenajes en forma de pegatinas por las paredes del improvisado quirófano.
2 comentarios:
No doy abasto ante tanto material que me ofreces y algo interesante si que encuentro, por cierto la portada es totalmente bestial, gore de cojones...
Un saludo
Jaja! pues sí, es un rato cafre.
Tú selecciona lo que te guste, que eso es lo bueno de que haya tanto!
Un saludo.
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