Este disco es un plomazo, no hay mucho más que añadir. Básicamente es una sucesión de riffs ramplones a más no poder, ese es su mayor problema. Si hubiera premios a los grupos menos inspirados, WHORRID harían bien en engalanarse para la ceremonia de entrega, porque tendrían muchas posibilidades de ganar. Los riffs son sosos en extremo, tanto que parecen sacados del cajón de los deshechos, allí donde van a parar las ideas que los músicos rechazan a medida que componen. No valdrían siquiera para caras B. Pero es que aparte de unos riffs escandalosamente anodinos, repiten partes hasta la saciedad, las líneas vocales no tienen el menor atractivo, los solos de guitarra parecen el ensayo de un principiante (y a veces hasta suenan fuera de tono, y no porque sean disonantes adrede), y así todo. Aparecen una intro acústica, algunos arpegios limpios, un tema a modo de interludio y unas líneas de bajo que son lo único que parece salvarse de la quema –sin tampoco ser extraordinarias-, pero es que nada sirve ante la falta total de ideas e inspiración.
Si alguien quiere malgastar su tiempo en comprobarlo, le bastará con el primer tema, “Infecting the soul”, muestra perfecta de lo que depara el resto del disco. El riff del segundo minuto, sobre una sola nota con un adorno final, es una prueba clara de lo que digo. Al poco rato lo sustituye otro igual o peor por su simplismo, luego vuelven al anterior y tras dos minutazos seguimos igual. Un desastre. Y poco más ofrecen, algunos mínimos pasatiempos rítmicos al principio con los que deben pensar que ya han cumplido con los requisitos del buen Thrash Metal de regusto técnico, y se acabó lo que se daba. El resto del disco sigue las mismas directrices, con solos espantosos como en “Evil thoughts”, donde lo único peor que el propio solo es el soporífero acompañamiento sobre el que se desarrolla, o en “Society”, donde sucede otro tanto. Y de remate, la tontería final de “Lap dance”, con su base techno, sería graciosa en otro disco, o al menos indiferente, pero no en éste. No sé qué piensan algunas compañías cuando publican ciertos discos, y se me ocurre fácilmente una larga lista de grupos que se autoeditan sus propios trabajos con una calidad a años luz de este “Time heals nothing”.
2 comentarios:
pues carpetazo
Jaja! Pues sí, con la inabarcable cantidad de grupos que existen hoy día no merece la pena perder el tiempo con ciertos discos. Y hay muchas cosas muy buenas, aparte de los grupos consagrados que siguen manteniendo un altísimo nivel.
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