No doy crédito: estos tíos están copiando a los primeros ANTHRAX con un descaro inconcebible… Qué digo copiando, están directamente usando trozos de sus canciones y ensamblándolos en canciones que presentan como propias. Esto no es un caso de falta de personalidad, ni tan siquiera de influencia desproporcionada por parte de un solo grupo clásico (como le ocurre al último disco de ANIHILATED respecto a SLAYER), qué va, esto es simple y puro plagio.
Pero vayamos por partes, porque, paradójicamente, la cosa es aún más enrevesada. El disco empieza con una melodía de bajo a la que se unen unas majestuosas guitarras para dar comienzo a “Murder city”, entra la batería marcando el ritmo y todo va fenomenal… pero cuando a los 00:45 empieza el primer riff como tal, uno levanta la cabeza con gesto de sorpresa y dice “coño, cómo suenan a ANTHRAX”. Parecidos razonables, nada del otro mundo. Pero veinte segundos después entra la voz y entonces la sorpresa se vuelve pasmo, porque ese timbre totalmente Belladonna y esa línea vocal no dejan lugar a dudas: esto no es coincidencia. El tema sigue por lo mismos derroteros y en el minuto y medio el estribillo confirma las peores sospechas. Pero quizá sea sólo este tema y habrá que darles el beneficio de la duda.
Pues no: el siguiente, “Sectioned”, empieza exactamente con el mismo refrito intolerable de ANTHRAX. Estoy por levantarme y desempolvar los vinilos para localizar cada riff, cada ritmo, cada línea vocal... pero me contengo. Suena en mi cabeza un trozo del “Finale” de “Persistence of time”, en el minuto 02:22 algo en mí espera oír la frase “I think the Devil lives in California” (aunque es extraño, porque el plagio llega hasta el año 90, es decir, la época pre-John Bush)… Lo dicho, me quedo con las ganas de sacar la colección de vinilos, pero lo más triste es que ni siquiera me haga falta.
Y ahora viene el colmo de la extrañeza: en el tercer tema, “False flag”, desaparece el elemento clónico y empiezan a sonar como… bueno, como algo que no es ANTHRAX. Algo falto de personalidad, que suena a muchas otras cosas pero que ya no es una reminiscencia continua. Es Thrash de libro, sencillo pero efectivo, se parece un poco a ANTHRAX pero también a EXODUS, o a muchos otros, o a ninguno en particular y a todos la vez. Pero al menos ya no se parece a nadie en concreto. Hasta la voz ha cambiado y ya no es el gemelo extraviado de Belladonna. Y el siguiente tema sigue igual, Thrash resultón, con un punto macarra, incluso más personal que el anterior. Parece que pasó lo peor y que lo de antes fue un mal sueño.
Pero no. Faltaba lo peor: empieza el tema-título y… por dios, es el Riff de “A.I.R.” con unas pequeñas variaciones. En serio, ¿están de coña o qué les pasa? ¿Por qué no hacen un grupo de versiones? Y cuando parecía que la cosa no podía empeorar, llegamos al minuto 03:37 y la melodía de la voz es de auténtico juzgado de guardia. No sé si está en “State of Euphoria” o en qué disco, pero eso lo he oído antes. Y en el siguiente tema, “Intervention”, ya no tengo duda, es una mezcla de fragmentos de “Who cares wins” y “Schism”, libremente maquillados y camuflados en medio del barullo de otra serie de riffs imitativos y de cambios de ritmo robados a Charlie Benante. De verdad, no doy crédito. El riff inicial del “Conquer all” de BEHEMOTH también está calcado de “Be all, end all”, pero cabe suponer que fue una casualidad o un mero despiste. A estas alturas del disco de AMOK nadie en su sano juicio podría pensar tal cosa de estos escoceses.
Y de remate, nueva vuelta de tuerca: los dos últimos temas siguen las directrices del tercero y el cuarto. ¿Serán dos grupos paralelos? ¿Un solo grupo con personalidad desdoblada? No lo sé, pero no pienso gastar más en tiempo en comprobarlo, porque al final he pasado media tarde oyendo varias veces entero este incomprensible “Downhill without brakes”. Y además, ese 50% de temas que no son un plagio tampoco son para tanto.
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