Propuesta muy interesante dentro del mundo del Brutal Death la que hacen estos americanos. Con miembros de bandas como DEAD SYNDICATE o CASKET BLASTER y el ex-batería de FLESH CONSUMED, se trata de un grupo de reciente creación que publica su primer trabajo, editado por Sevared Records, sinónimo de brutalidad extrema al estilo yanqui, tras una demo en el 2009 en la que incluían dos temas que aparecen también en este primer disco completo. Practican un estilo ultrapesado, con tantas partes lentas y a medio tiempo como partes rápidas, en una onda no siempre fácil de encontrar y que, la verdad, se agradece para salir de la monotonía de los temas exclusivamente hechos a base de blastbeats y tocados a mil por hora. Estos COLONIZE THE ROTTING saben dosificar velocidad y contundencia, y el doble bombo trabaja, retumba y martillea tanto o más que la caja. El sonido denso y compacto que han logrado contribuye a la atmósfera de monstruosa pesantez, quizá incluso puede que se hayan excedido, ya que hay veces que, más que compacto, se vuelve casi impenetrable y cuesta distinguir con nitidez algunos riffs, y la voz también tiene un cierto tono difuso –además de unidimensional- que a ratos se pierde en medio de la marea sonora. Aquí predominan los registros graves, la voz cavernosa a cargo del batería, continuas referencias a DEVOURMENT –quizá demasiadas si aspiran a ganarse un nombre propio- y una sensación permanente de oscuridad y guturalidad.
Tienen también detalles de técnica en el trabajo de guitarras y en los fill-ins de batería, pero sin abusar nunca de esa tendencia, más bien en el estilo conocido del Brutal Death americano, con riffs plagados de notas y montones de cambios de ritmo imprevistos. En el mismo sentido, la presencia de algunos solos, breves y ocasionales, le añade variedad y dinamismo, como en “Formation Of Worms”, o “Purulent Ejaculation”, o al principio del último tema, que, por cierto, dura la friolera de ocho minutos pero que se pasa volando y en ningún momento se vuelve aburrido. En general todos los temas son largos –sólo uno baja de los cinco minutos, y por poco, de ahí que el disco sólo cuente con seis temas a lo largo de sus treinta y cinco minutos de duración- y tienen estructuras complejas y con diversas partes que se van añadiendo unas detrás de otra. Nada nuevo en cuanto a esto, en realidad se echa de menos el uso de estructuras no tan yuxtapuestas y el encontrar alguna parte que fuese fácil de recordar, pero ya sabemos que esto es lo habitual en el género, aunque a algunos no nos convenza del todo.
Un disco bien concebido y mejor ejecutado, honesto aunque falto de personalidad, a cargo de una banda que puede dar en el futuro muestras aún de mayor calidad si perseveran en esta primera y muy sólida incursión y logran encontrar su propio camino.
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