Nada nuevo bajo el sol: cuando un grupo sigue patrones ajenos a rajatabla le salen discos correctos pero impersonales y, si además el talento no acompaña, como en este caso, bastante aburridos. Referencias múltiples a los clásicos del Death melódico pululan libremente por los ocho temas propios de este “Glory of a new darkness” (aderezan el conjunto con una dudosa versión del “Necrophiliac” de SLAYER), en esencia AT THE GATES acelerados, es decir, THE CROWN, THE BLACK DAHLIA MURDER, etc. Lo dicho, nada nuevo bajo el sol.
Si al menos hubieran dado muestras de un cierto ingenio creativo el disco habría resultado más interesante, pero los riffs son del montón, las armonías son las mismas una y otra vez, los ritmos resultan previsibles, los arreglos los hemos oído mil veces en otros discos, y la voz… La voz tiene UN registro (salvo contadísimas excepciones), el de gritar como un alma en pena, lo cual se vuelve insufrible pasados unos minutos. Eso sí, la producción les honra y los temas al menos se los han currado en cuanto a estructuras, partes distintas, toques solistas, etc. Lo que ocurre es que hoy día hacer discos currados está al alcance de cualquiera, basta con tener la paciencia de estudiar con detenimiento los innumerables modelos que existen desde hace años, prácticamente décadas, e imitarlos, que es lo que hacen EMBRACE DAMNATION.
El premio a la monotonía y a la falta de imaginación se lo lleva el tema “Broken wings drenched in blood”. O a mí se me escapa algo o hay que estar muy escaso de ideas para presentarse ante el público con propuestas así de ramplonas. No es el único tema que padece ese carácter inmóvil y repetitivo, pero es claramente el más llamativo (aunque el último, “The eternal damned”, no le anda lejos). Y el resto se pierde en una mezcla de las citadas influencias y algún que otro destello thrashy (“Throne of chaos”, quizá la pieza más digna del conjunto) o hasta insinuantemente heavy (sobre todo en las dobles melodías de guitarra) pero que en ningún caso logra salvarles de la quema.
Por lo demás, se intuye que en el fondo aspiran a dotar a su música de aires épicos, de una cierta altura de miras expresiva, pero para eso hay que tener la fuerza de unos AMON AMARTH, o la inspiración de IN FLAMES cuando empezaron a expandir su público, o la rabia de CHILDREN OF BODOM, o directamente alcanzar la dimensión verdaderamente grandiosa de los últimos discos de VITAL REMAINS, de quienes por momentos parecen una triste caricatura.
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