Cuando me disponía a oír este disco no pensé en que el nombre del grupo les hiciera parecerse a nadie en concreto, simplemente era un nombre, uno de los más trillados y genéricos pero un nombre al fin y al cabo. No pensé particularmente en SLAYER ni en el tema de su debut “Show no mercy”. Luego al ponerme a escucharlo, cuando llega el estribillo del primer tema, la cosa cambia: ¡coño! ¡el estribillo de “Fight till death”! Que no es que se parezca, sino que ¡¡directamente lo han robado!! Creo que si la cosa sigue así y tantos grupos siguen plagiando por las bravas y tan de frente, llegará un día en que todos lo veamos bien, acabemos idiotizados e incapaces de reaccionar y se cree toda una nueva moda: ¡hagan canciones con retales de otros grupos, lo más “in”, el último grito! Y al paso que vamos, lo mismo funciona.
Vale, vamos a dejar al margen ese detalle (aunque haberlo colocado justo al principio del disco no demuestra mucha inteligencia por su parte), vamos a rebajar el tono apocalíptico y vamos a centrarnos en la música. Es más, vamos a ser benévolos y tragarnos que estos devotos del primer Thrash no han oído nunca el citado disco. Veamos... mmmhh... riffs ramplones, estrofas repetitivas, tempos parecidos todo el rato, la voz del hijo de Tom Araya… ¡vaya! Hasta un grito en el 01:10 de “Torment in Hell” que es calcado a los que prodigaba el susodicho en sus primeros años, o al del principio de “Angel of Death”, algo más corto pero con el mismo tono, la misma inflexión, el mismo final… Venga, vamos a pensar que tampoco conocen a Tom Araya y que nunca han oído “Angel of Death”.
Por cierto, qué gran título ese de “Torment in Hell”… Tan personal e inspirado como esos de “Militia of death”, “Sign of the beast” o “Victim of the blade”. En el próximo álbum les sugiero hacer otros como “Strike of the blade”, “Storm of evil” o “Son of the beast”, porque las posibilidades combinatorias de los collages son infinitas, sobre todo si las piezas son prestadas. Aunque la palma del ingenio se la lleva el glorioso “Death rays”, propio de un parvulario del Metal… ¿“Rayos de muerte”? Estoy por comprarme el disco solo por saber de qué va la letra… Vale, ya lo dejo… Sigamos con la música.
Pues aunque parezca increíble, la cosa empeora a medida que avanza el disco, y si los primeros temas eran una sucesión de riffs mediocres y frases del montón, los últimos son con diferencia los más genéricos y de nuevo los más parecidos a toda un ristra de clásicos. El mencionado “Death rays” es un espanto (con estrofa a lo SLAYER y otro gritito del tío Araya), “Sign of the beast” y “Militia of death” mantienen el nivel bajo cero, y para rematar el estropicio dejan el aberrante “Terror dimension” para el final, donde tras otro riff intercambiable y otra estrofa robada a KREATOR… ¡aparece otra vez el estribillo de “Fight till death”! No tan calcado como antes pero reconocible sin problema (y de regalo otro par de chillidos made in Araya). Plagiarse a uno mismo el plagio que ha hecho a otros ya no es plagio, ¿no? ¿O sí? Ay, que me he perdido.
Pero aquí no acaban las sorpresas: no contentos con su crisis de personalidad, tienen también personalidad doble. O casi triple. Porque en medio del delirio de tosquedad, simplismo e imitaciones, se marcan dos temas de ocho minutos cada uno titulados “Necropolis” y “Minotaur”. Ambas cosas, la duración y los títulos, dan que pensar, y en efecto las expectativas se cumplen: el primero va en una línea Heavy/Thrash que recuerda a los ASGARD holandeses del “In the ancient days” y al proto-Thrash aquel que aún no era Thrash puro con cánones sólidamente establecidos. El tema no es gran cosa, es monótono e insípido, pero el cambio de estilo y la ambición de diseñar una construcción de gran tamaño y estructura simétrica dicen algo en su favor. Y el segundo… es aún más alucinante, porque se trata de una instrumental en onda puramente NWOBHM y primeros IRON MAIDEN o TOKYO BLADE, sobre todo en la segunda mitad, una cosa insólita en medio del álbum y que, aunque de nuevo recurre a tópicos y a elementos ajenos, le da un soplo de aire fresco. Mucho aire es lo que van a necesitar si no quieren asfixiarse en su propia madriguera. Salid afuera, chicos, que hay mundo más allá de vuestras cuatro paredes y de los primeros discos de SLAYER.
2 comentarios:
Ja,ja,ja...mola la entrada que te has marcao, osea que lo mejor es que deje de perder el tiempo en escuchar el lp y lo emplee en cosas mas productivas, no???
como por ejemplo escuchar algo de Slayer??? ja,ja...
Venga P.I.G un saludo colega!!!
Jaja!! Gracias! Pues sí, hay mucho plagiador descarado suelto, encima tienen suerte y engañan a unos cuantos bobos, pero no tiene el menor sentido.
Gracias por tu fidelidad:) Un saludo!!
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