Buena música la que llega desde Estados Unidos con este primer disco completo de HEMOPTYSIS, un nombre que significa “expectoración de sangre procedente de los bronquios o los pulmones”. No les queda mal, la verdad, aunque aquí no hay ni remotamente nada Gore, ni tan siquiera Brutal Death. Practican un género mixto que fusiona Death melódico con Thrash y algunos rasgos de NWOBHM. La ventaja de estos planteamientos abiertos es que la variedad está garantizada de entrada, eso que ya llevan ganado, y sólo hace falta que se den maña aprovechando la multitud de elementos con que trabajan para lograr un buen resultado.
Al mismo tiempo está el inconveniente de que los géneros que mezclan tienen enorme solera y muchas grandes obras antes de ellos, lo que supone un reto. Pero se las apañan para tener su propio estilo y no sonar a nadie en concreto. Las influencias están diluidas a la perfección y nada da el cantazo, son solo eso, influencias, la huella de haber asimilado en profundidad diferentes fuentes y tradiciones. Según el momento pueden sonar a DEATH, los últimos CARCASS, los primeros IN FLAMES, o todo a la vez (y hasta al “Wasted years” de IRON MAIDEN en el principio del tema “M.O.D.”, una simple anécdota pero que es graciosa).
La producción ha logrado un sonido orgánico, denso, cálido, muy acorde con ese rasgo retro de su carácter. Son once temas en cincuenta minutos, muy bien trabajados a base de cambios de ritmo fluidos y con sentido (el mejor ejemplo quizá sea “End of sorrow”), mucha energía, unos músicos sobradamente eficaces y una voz rasposa que si no expectora sangre poco le falta.
Y luego están los solos, capítulo aparte… Ahí sí que alcanzan muy alto nivel, gracias a un sentido de la expresividad y la dinámica que no es frecuente hoy día. Vamos, que tienen “feeling” para dar y regalar. Quizá el tema más agraciado en esto sea “And the world dies”, por los diálogos de las dos guitarras y porque hay solos en varios momentos del tema, pero en realidad todo el disco brilla magníficamente en este apartado. De regalo, también usan melodías dobladas en varios pasajes, como en “Shadow of death”, un atractivo más que añadir al conjunto.
Y respecto a la composición, pues no han parido el gran clásico del siglo pero, como decía, da gusto escucharlo y sumergirse en su universo de influencias, matices, giros, diversidad, todo con actitud, rabia, pericia musical y una inspiración razonablemente aceptable. Dentro de las fronteras del “revival”, o al menos del gusto por géneros un tanto añejos, creo que este es uno de los ejemplos más dignos y logrados que se pueden encontrar hoy día.
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