martes, enero 03, 2012

REVOCATION- Chaos of forms (2011)

Dos años desde su “Existence is futile” y aquí vuelven a la carga los imparables REVOCATION, ya establecidos como una fuerza de primera línea en el Thrash del siglo XXI, sin nostalgias del pasado, plagios de los clásicos ni tampoco vanguardismos experimentales. Lo suyo es un poderío musical fuera de toda duda y una capacidad compositiva abrumadora, que da lugar a una serie de temas que derrochan energía, inspiración, técnica y variedad.

Mantienen todas sus señas de identidad, como el estilo ecléctico, el alto nivel instrumental, los muy cuidados arreglos de guitarra y una intensidad y expresividad poco habitual en los grupos tan técnicos (lo que resulta aún más evidente y agradable en los solos). Coros machacones, mucha velocidad, pasajes de orgulloso virtuosismo y en general una creatividad admirable desplegada a lo largo de cuarenta y siete minutos. Aun así, este disco resulta menos ambicioso que su anterior producción o incluso que su primer “Empire of the obscene”, como si hubieran querido podar más aún el árbol, aligerar la espesura de sus desarrollos instrumentales y frenar la mezcla de tendencias, yendo un poco a lo seguro para no arriesgarse a desconcertar a la audiencia.

Lo malo es que se han decantado por aumentar los elementos de Thrash técnico en lugar de apostar por una verdadera esencialidad en sus frases y riffs. Es decir, que la frondosidad es de otro tipo pero sigue ahí, y encima este otro tipo es más convencional que el anterior sincretismo del grupo, cuando no se ponían barreras de ningún tipo y se atrevían con todo. El álbum es un discazo, de eso no cabe ninguna duda, con momentos especialmente inspirados en temas como “Dissolution ritual” o “No funeral”, y a quien no conozca los anteriores (o lo que hicieron cuando se llamaban CRYPTIC WARNING) no le parecerá que sea “menos ambicioso”, pero en cuanto a la diversidad genérica lo es. Al mismo tiempo, lo que pierden en ambición lo ganan en homogeneidad, qué cualidad resulte más atractiva ya es cuestión de gustos.

La voz es otro apartado que podrían haber mejorado, porque suele repetir el mismo registro una y otra vez, y su monotonía sólo es compensada por los coros y alguna respuesta gutural en medio de ciertas frases. También podrían haber repartido más equitativamente las velocidades de los temas a lo largo del disco, ya que los primeros se mueven en tempos demasiado parecidos y después la variedad aumenta sensiblemente. Hechas estas salvedades, ahí queda el disco para disfrute de sus seguidores, fans de ARSIS o cualquier amante del Metal técnico concebido con musicalidad y sin querer ser sólo una sesión de acrobacias.

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