jueves, octubre 30, 2014

ALITOR- Eternal depression (2014)

Pocas veces me sucede que cuando escucho por primera vez un disco actual me deje clavado en el sitio y lo oiga de principio a final sin pararlo. En este caso recuerdo cuándo fue y cómo fue, y tengo la impresión de que esa imagen se quedará en mi cabeza para siempre. Al igual que con las personas, pocos halagos se le pueden dedicar a un disco mayores que decir que uno recuerda fielmente aquella primera escucha. Pues así fue con este "Eternal depression", título que, por cierto, no tiene nada que ver con el estilo de la banda y que no sé a santo de qué le han adjudicado. Esto no es ni Doom ni Drone ni Depressive Black, es Thrash del bueno, Thrash Metal del mejor que se puede uno echar a la cara, y ahí entra en juego otro elemento para que mi admiración por él sea tan rotunda, ya que hace tiempo que pienso que todo el "nuevo" Thrash que se produce no tiene nada de nuevo y me estomaga hasta límites indescriptibles, desde el hecho de que los grupos hagan gala de la etiqueta "sonamos a SLAYER y EXODUS" como algo digno de orgullo hasta la propia música, repetitiva, previsible y clónica, como no podía ser menos con tal de confirmar la mencionada etiqueta. Pero sigo escuchando y escuchando a ver si encuentro algo que me contradiga, y fue gracias a tal empeño por lo que me crucé con esta maravilla, así que solo por eso doy por buena la infinidad de horas malgastadas con grupúsculos de retro-Thrash de tres al cuarto.

No entiendo por qué en ciertos sitios describen a ALITOR como Thrash progresivo, porque si se les compara con el Thrash de los primeros 90, el de los "Distortion" de FORBIDDEN, "Life beyond" de DEATHROW, etc, o con grupos que siempre tuvieron vocación progresiva como MEKONG DELTA, REALM o WATCHTOWER, hay muy poco en común. Lo que ocurre es que ALITOR están por encima de dogmas de estilo y hacen lo que les da la real gana, aparte de que tienen una ejecución impecable y un gusto por los detalles increíble. Si les apetece meter blasts lo hacen, si quieren abordar pasajes de Death melódico, también, si quieren gruñir gruñen, si quieren doblar guitarras solistas las doblan y si quieren exhibir precisión instrumental van sobrados. Pero el estilo es Thrash, Thrash Metal con mayúsculas, Thrash con toda la carga de técnica y de furia inherentes al estilo y a la vez con un grado de libertad absolutamente glorioso. Pero todo este planteamiento no sería por sí mismo efectivo si los temas no acompañaran, y vaya si acompañan... Cuando un grupo está en estado de gracia a nivel compositivo se nota, la inspiración fluye, cada riff es único, cada frase y cada solo son una pequeña obra maestra, y si a tanto talento se le une la habilidad de construir los temas con coherencia, el resultado es perfecto, como aquí sucede. De hecho, la madurez que exhiben al engarzar todos los materiales es sorprendente en un grupo novel que publica su debut, y da pie a soñar con una carrera de primerísimo nivel si las cosas no se les tuercen por el camino.

Aparte de todo esto, el disco suena de maravilla, la producción es clara y a la vez potente, el sonido es brillante y cortante como acero recién pulido, y la ejecución del grupo tiene la intensidad de un vendaval de energía juvenil. Me río yo del último disco de EXODUS y de sus torpes intentos de recuperar pegada, o en otros tiempos de perderse en construcciones megalíticas y riffs complicados: este "Eternal depression" tiene ambas cosas y multiplicadas por cien, la vitalidad que desprenden ALITOR es arrolladora y a la vez es fresca, y sus composiciones no dan descanso. Velocidad, riffs técnicos, momentos melódicos, detalles de precisión instrumental, partes pegadizas, solos inspirados, entusiasmo y fuerza, estilo personal... no sé qué más pedirle a un disco de Thrash en pleno 2014. Solo uno de los ocho temas baja de los cinco minutos de duración, y solo en uno de ellos -"Nothing lasts forever"- he encontrado una frase que no suene propia y personal, sino en este caso importada del "Hallowed point" de los dioses por antonomasia. Si tuviera que destacar alguno no sabría en cuál fijarme, quizá el propio "Eternal depression", que reúne todos los rasgos de estilo del grupo, aunque no le anda lejos "Contorted existence", que combina como pocos las partes agresivas con las melódicas (estas tienen gran peso durante la primera mitad del álbum y luego se van atenuando en la segunda) y tiene uno de esos microscópicos y maravillosos detalles de poco más de un segundo al acabar el estribillo, tal vez la final "Drained", la más larga de las composiciones y que de nuevo agrupa todo lo mejor de ALITOR, quizá "Horror" por su estribillo tan característico, o bien simplemente "Realm of grief" porque es el primer tema y con él empezó aquel fabuloso encontronazo que me dejó y me sigue teniendo en estado de conmoción y admiración a partes iguales.

jueves, octubre 16, 2014

ASSESOR- Invaze (1990)

De nuevo viajamos hasta 1990, para encontrarnos con la que tal vez sea la primera banda checa (por aquel entonces checoeslovaca) de Death Metal, o de Thrash/Death. Una banda, además, con un estilo peculiar y muy personal, incluso un poco "rara" en el mejor sentido, que difícilmente recordará a nadie en concreto y que en este debut logró crear su propio paradigma musical. En momentos aislados se pueden apreciar ecos de otros grupos, pero tan variopintos que irían desde KREATOR y CORONER (probablemente su mayor influencia y con quienes comparten motivo icónico para esta portada) a VOÏVOD pasando por POSSESSED o CELTIC FROST. En fin, un mejunje bastante insólito y una más de tantas piezas valiosas que se fueron quedando enterradas en el olvido con el paso de las décadas. En su caso influyen también la procedencia geográfica y el hecho de no haber estado en un sello grande, así que doble razón para darle al único disco que editaron en su día algo de la difusión pública que se merece.

El género que practican se mueve en la frontera entre el Thrash técnico y un Death Metal primerizo. Ni en uno ni en otro apartado presentan riffs típicos, previsibles o que suenen familiares, sino que tienen siempre su propio enfoque, como hacían la inmensa mayoría de grupos por aquel entonces. Partiendo de una clara inclinación por lo técnico, sus temas presentan riffs precisos e inquietos por igual a cargo de un concienzudo Jarda Pracna a la guitarra, que incluso se intensifican hacia el final (en "Volaní bitvy" y "Svedomi"), intrincados ritmos de batería llenos de pequeños detalles, un bajista a la misma altura que sus compañeros, extraños desarrollos melódicos, ocasionales disonancias y en todo momento un impecable trabajo al conjuntar los tres instrumentistas sus respectivas partes.

En general no es un disco fácil, no entra a la primera y no tiene el atractivo de la música más apegada a lo convencional, pero por eso mismo su disfrute supone un reto estimulante, tanto para el oído como para la mente, al que hay que añadir el punto de exotismo que tiene oír las letras en checo, y tiene la ventaja de que cuando le coges gusto y se te mete en la cabeza ya no sale de ahí. La producción es de lo más modesta que se pueda imaginar, sin remezclas y con un sonido casi maquetero o propio de un local de ensayo, pero muy diferenciado al separar instrumentos, con lo cual todo se oye a la perfección, y por otra parte la falta de medios supone el encanto de lo sencillo, de lo auténtico y real, y le da a la ejecución una cercanía que compensa la falta de inmediatez de las composiciones.

Los primeros temas pecan quizá de ser algo parecidos, particularmente en la estrofa (al menos los temas 1 y 3, "Setkání" y "Nárky Zapomenutých"), pero rápidamente superan este pequeño escollo y a partir de ahí cada uno crea su propio microuniverso y tiene identidad propia. En la instrumental "Apokalypsa" despliegan todas sus cualidades y hacen gala de sus mejores rasgos de estilo (no ocurrirá así al cerrar el disco con la también instrumental "Destrukce", bastante elemental y poco acorde con el resto del álbum), y en el tema-título incluso ganan pegada gracias a un estribillo simple pero efectista. Al año de la edición original apareció la versión en CD, con portada ligeramente distinta y dos temas más que van intercalados entre el 6 y el 7 originales, de manera que el 7 pasa a ser ahora el 9 y así sucesivamente. El añadido es todo un acierto, porque se trata de dos de los mejores temas, en especial "Prijmi svuj osud", el más largo del disco, con su ritmo de depredador al acecho, sus llamativas dobles cuerdas disonantes en el bajo y su curioso desarrollo intermedio.


El grupo se separó al poco de editar este trabajo, se reunieron en el 2005 y al parecer sacaron un nuevo disco en el 2012 con una formación distinta, el cual no he tenido ocasión de escuchar. Aun concediéndoles el beneficio de la duda, es su solitario "Invaze" de 1990 (mismo título que usarían unos años después para un disco sus compatriotas MANIAC BUTCHER) lo que les hace destacar en el panorama internacional de aquel momento, al menos mirando hacia atrás desde el presente, y lo que les hace acreedores de un puesto de honor que merece la pena reivindicar.