Este es el primer disco completo de los australianos DESTRUKTOR, tras un par de Splits y otros dos EPs, no es mucho si se considera que llevan más de década y media con su Black-Death, o Death-Black, según se mire. Vienen de un país que gusta ampliamente de este tipo de mezclas y donde el Metal extremo, pese a no dar grandes nombres punteros, goza de un nivel de brutalidad y de autenticidad verdaderamente notables. En este caso se cumplen también tales premisas y lo que ofrece este “Nailed” es precisamente eso, música híbrida, en absoluto innovadora ni tampoco de primer nivel pero hecha con grandes dosis de pasión.
La mezcla de estilos se inclina más por el Death que por el Black, de modo muy especial en la voz, pero hay mucho en su crudeza y en su aproximación primaria que suena claramente Black, aparte de toda la iconografía y la ambientación del disco y del propio grupo. Tienen una innegable deuda sonora con DESTRÖYER 666 (los dos anteriores baterías del grupo pasaron también por las filas de sus conocidos compatriotas), ecos lejanos de POSSESSED y de los primeros CELTIC FROST y bastante de la actitud irreductible de DARKTHRONE.
Y con toda esa mezcla engendran una especie de Unholy Metal, War Metal o como se le quiera llamar, totalmente blasfemo y con toneladas de actitud. Su música no es que cuente con hallazgos impresionantes ni grandes ideas, pero tampoco es ésa la aspiración del género, y lo que sí hay que alabarles es que, pese a lo simple tanto de riffs como de temas, han introducido una variedad en ritmos, cambios y estructuras que se aprecia enseguida y que seguramente es lo que salva al disco de caer en la vulgaridad o de volverse monótono, además de que les permite construir temas de duración nada desdeñable y lograr que el interés no decaiga en ningún momento.
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