En estos tiempos en que todo el mundo parece tocar en un grupo y publicar discos con una facilidad asombrosa, no se entiende que una banda que edita su tercer disco a través de un sello discográfico haga las cosas de forma tan descuidada, y es que existen infinidad de Demos o de discos autoeditados que tienen mejor sonido y producción y diseño general que este “God of aggression”.
Para empezar, el equilibrio entre los instrumentos está descompensado en favor de la voz, el sonido de la batería deja muchísimo que desear y ésta a su vez está también desequilibrada entre sus distintos componentes, aparte de que la caja tiene un timbre especialmente desagradable y hueco. El resultado final transmite una sensación muy poco o nada profesional, e incluso sin tratarse de un grupo profesional ni que viva de ello, es lógico esperar más y, sobre todo, mejor hecho.
Y respecto a la música en sí la conclusión no es muy superior, porque los temas suenan toscos y poco elaborados y están plagados de riffs mediocres y partes superfluas. El bajo acompaña demasiado a menudo a las guitarras haciendo sus mismas líneas, y la batería, aparte de verse perjudicada por la producción, tiende a resultados bastantes insulsos. La voz, por su parte, presenta al principio un convincente estilo Thrash agresivo y furioso, pero lo estropean después en temas “March to war” o “Thrash attack” con una segunda voz aguda que resulta poco menos que ridícula y con unos coros de una ingenuidad propia de cómic infantil.
Si a todo esto añadimos unos solos simplones y repetitivos en medio de un contexto general de ideas genéricas, pasajes en los que el estilo fluctúa del Thrash a algo indeciso entre Hardcore elemental y Metal tradicional, tenemos sobradas razones para desearle a estos alemanes que se centren antes de plantearse publicar su cuarto disco.
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