De entre los varios grupos que responden al nombre de SAURON, éstos provienen de Estados Unidos y se decantan por el Thrash primario y tosco al estilo alemán de los años ochenta. Grupos como SODOM, primeros DESTRUCTION, primer álbum de KREATOR, pero también bastante de la crudeza del sonido de BATHORY o HELLHAMMER y algo de la simpleza primitiva de grupos ingleses como VENOM o WARFARE, particularmente en las líneas vocales. Como ejercicio de recreación no está nada mal, la verdad, porque, recordando a todas esas influencias y a algunas más, no se puede decir que suenen en concreto a ninguna de ellas. No aportan nada nuevo pero tampoco saquean descaradamente las arcas del legado de otros grupos.
Su principal baza a la hora de recrear ese mundo áspero de los orígenes del Thrash europeo es la producción, ya que todo suena rasposo y sucio de una forma totalmente creíble. La batería en especial tiene un sonido poco o nada pulido, pero, al margen de gustos, está claro que encaja con lo que el grupo pretende. Quizá se echa de menos una presencia más clara del bajo, que está demasiado enterrado bajo la tormenta sonora. Y en general el enfoque que le dan al disco queda bien en las partes rápidas, que son el 95 por ciento, pero en los pasajes con ritmos más pesados se pierde la sensación de contundencia, como en la sección central de “Angel hunter”. Terminan el disco con toda una declaración de principios como es el tema “Thrash Metal nightmare".
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