A veces de las mezclas de géneros surgen resultados formidables, y más aún cuando acompaña la inspiración. De entrada es un campo de cultivo muy fértil y que ofrece posibilidades de desarrollo en varias direcciones, si se saben aprovechar. ANCIENT DOME tienen la fórmula perfecta para extraer lo mejor del Heavy y del Thrash a la vez, sin hacer ni lo uno ni lo otro ni tampoco un híbrido a base de injertos, sino una poderosa criatura que encarna todo el potencial de ambas tendencias en un solo impulso incontenible. Ya lo hicieron con su anterior y no menos fabuloso “Human key”, pero es que encima están en estado de gracia y les salen unos temazos de auténtica antología.
Esto es el festival del riff y las líneas vocales pegadizas, el perfecto circo del Metal coreable y a la vez cañero, agresivo y cortante. Unas guitarras de puro acero con un sonido afilado y una producción potentísima, unos coros oportunamente situados y unos estribillos a la antigua usanza, es decir, memorables y de los que concentran toda la identidad del tema: un planteamiento ganador, siempre que la inspiración haga su parte, y vaya si lo hace. Su postura musical se podría comparar con la de unos recientes FLOTSAM AND JETSAM u otras bandas que hacen Thrash pero no puro al 100%, aunque ambos grupos no se parecen en nada más y ANCIENT DOME ganan de largo en energía y grandes ideas.
Sin sonar a nadie concreto, retoman toda la frescura de los himnos concebidos para el directo y engendran riffs y estribillos que no sólo entran a la primera sino que dan ganas de oír una y otra vez. Con esos materiales les han salido unos cuantos temas de esos que sólo con dejar oír su principio en un concierto provocan una reacción inmediata de euforia y una oleada de puños en alto. Pero además los han arreglado con una generosa cantidad de detalles técnicos en los riffs, guitarras dobladas y rellenos solistas, algún arpegio, un bajo que cumple a la perfección su papel sin destacar más de la cuenta y una más que razonable variedad de ritmos distintos y de ambientes contrastantes.
Y luego está la oferta de temas como tal, desde la caña directa de “Liar”, el estribillo enfervorizado de “Predominance”, los ritmos cabalgantes de “Confused certainty” y “Face the facts”, con otro estribillo directo, la especialmente thrashera “DevastHate”, la instrumental “Gordian Knot” y por último ese hito sin complejos que es “Dream again”, ese pedazo de balada Heavy donde las haya, con su chillido doblando la voz en el estribillo, con toda su épica a pecho descubierto y recuperando ese sentido de total falta de pudor propio del Metal ochentero en los países latinos, pero hecha con la suficiente clase y sinceridad como para no poder resistirse a ella y acabar coreando a voces su estribillo.
Si no alcanzan la perfección es sólo porque no han pulido todo lo deseable las composiciones: dejan varios trozos sueltos de música por aquí y por allá, como puros pegotes que meten con calzador en cualquier sitio. Parecen pequeñas ideas que no hayan desarrollado hasta producir temas autónomos pero que tampoco se resignan a abandonar en un cajón. Así empieza “Predominance”, con una innecesaria intro antes del riff que hace propiamente de intro, e igual ocurre en el tema-título, incluso la mencionada instrumental tiene una intro de algo más de medio minuto sin ninguna relación con el resto del tema (todo el tema en realidad está hecho a base de partes inconexas).
La intro de “Face the facts” también podría sobrar, aunque este caso no es tan evidente. Y luego está “Collision”, que con su 1’22 de duración no llega ni a la categoría de tema instrumental y que es un muy claro ejemplo de idea dispersa a la que les cuesta renunciar. El resultado de todo esto es que los temas pierden sentido de unidad, que es algo bastante importante dentro del género. Este es el gran y único defecto del disco. Bueno, este y el imperdonable fade-out repentino al final de “Dream again”, pero por lo demás les ha salido un álbum impecable, privilegiado en cuanto a ideas, bien planteado, bien ejecutado y con una producción soberbia, todo un clásico intemporal.
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