sábado, enero 04, 2014

PARASITIC EJACULATION- 2013- Rationing the sacred human remains


Otra pandilla de cometripas venidos de Estados Unidos y formados hace poco tiempo. No son de Texas, como tantos compañeros de fechorías, sino de la soleada California, y la verdad es que esto se nota, incluso en cosas como la imagen personal, pero sobre todo en la apuesta por superar la tendencia más cerril, radical y estrecha de miras, que a menudo no tiene otro horizonte que la autodestrucción por su propia limitación interna. Con la sección rítmica haciendo doblete en DRAGGING ENTRAILS, estos tipos tocan Slam Brutal Death del bueno, con potencia, ritmos aplastantes, cerdismo y guturalidad, pero también con una gran variedad, un sonido discernible y una serie de detalles que les ponen en primera fila del movimiento sin renegar de ni una sola de sus bases.

Hacen lo mismo que otros mil grupos pero bien hecho, y si esto es lo que han conseguido en tres años, será interesante ver hasta dónde llegan. Por ahora ya han mejorado sensiblemente lo que plasmaron en su EP del 2012 “Sickening conduct”, bastante más tosco que este primer larga-duración, gracias a la entrada del nuevo guitarrista Mike Mostachetti, cuya trayectoria anterior discurrió por terrenos bastante distintos de lo que practica en PARASITIC EJACULATION. Ahora es un devoto entusiasta de los armónicos y de los riffs trepanadores de cráneos, de lo primero hay hasta hartarse, por todas partes y cada poco rato, a veces casi el riff entero está hecho a base de armónicos. Y sin embargo no puede decirse que se exceda en su uso, porque hay mucho más que armónicos y cada tema tiene suficientes partes y cambios como para que no resulten cargantes.

Ese gusto por los cambios es a la vez el mayor lastre del disco, ya que cada tema es como un mercadillo saturado de ofertas variopintas que despistan, aturden y distraen. El stop-and-go está muy bien y es efectivo cuando se usa de vez en cuando, y además es un rasgo de estilo, pero cuando se abusa acaba haciendo que se pierda la propia noción de tema como algo individual. Por la parte de los méritos hay que destacar un bajo con cuerpo y nitidez, que se oye claramente y que incluso tiene sus momentos para anunciar en solitario ciertos riffs. Sin embargo, las virtudes de las seis y cuatro cuerdas no se ven acompañadas por las de una batería demasiado elemental y una voz que hace demasiadas veces el mismo ritmo de las guitarras y no un patrón propio. Las colaboraciones vocales de Andy Smith (LOGISTICAL SLAUGHTER), Tyler Sharpes (fundador y frontman de SHORT BUS PILE UP) y Zack Shaw (PHALOPLASTY, entre otras bandas) tampoco están a la altura, ya que sólo en la segunda se aprecia bien el papel de cada vocalista y las diferencias entre ambos.

Por lo demás, las intros habituales pero sin abusar de duración, la temática habitual pero mostrando ya desde los títulos un acercamiento algo más sutil a la misma, y una portada y un logo que participan también de esta personalidad hecha de pureza sin extremismos, de integridad alejada de las cloacas. En general el disco deja muy buena impresión, se aprecia talento, seriedad, gusto por las cosas bien hechas y de vez en cuando muy buenas ideas, como en “Intrauterine omophagia” o “Esophageal decay”, momentos ciertamente inspirados y otros directamente devastadores. Pero también es irregular, poco conciso, un poco desordenado y le falta identidad. En medio de riffs alucinantes se cuelan otros que son del montón, y estilísticamente aún divagan entre lo convencional y tópico y un enfoque decididamente innovador y personal, del que se ve que son perfectamente capaces.

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