sábado, enero 11, 2014

GASTRORREXIS- The taste of putrefaction (2013)


Entre la larga lista de grupos de Brutal Death repartidos por el planeta sólo unos pocos de talla internacional radican en Suramérica, exceptuando, por supuesto, la prolífica cantera de Colombia. GASTRORREXIS son del vecino Ecuador y, al menos hasta donde yo sé, son el representante principal del género en su país. No en vano su carrera ha pasado por Sevared Records para la edición de sus dos primeros e intensos trabajos y recala ahora en el creciente sello ruso Coyote Records para este tercer “The taste of putrefaction”. De entrada el disco presenta un problema en su diseño general, o a mí me lo parece siendo quizá demasiado quisquilloso, o quizá no, cada uno tendrá su visión, pero la idea de grabar seis temas nuevos y añadirles tres versiones en directo para publicarlo todo como un disco completo nuevo no parece muy acertada. A estas alturas de la película la verdad es que se ven pocos discos así, puede que en otras décadas tuviera sentido comercial o editorial, pero hoy día es bastante dudoso.

En todo caso ese no es el mayor inconveniente, sino que ni los temas nuevos ni las versiones en directo están a la altura, versiones, por cierto, de tres temas procedentes de su anterior “The dark world of parasitic infections” del 2012. Empezando con estas, hay que decir que la calidad de la grabación es francamente mala, el sonido es difuso, apenas se distinguen los instrumentos, la música no tiene presencia y parece que la toma se hubiera hecho con un micrófono de ambiente, en plan disco pirata de los años ochenta. Los seis temas nuevos, por su parte, suenan potentes y no hay nada reprochable en la producción, pero compositivamente son sólo correctos y no destacan por nada en particular. Es Brutal Death variado, con los cambios habituales y los ritmos básicos conocidos, todo bien hecho pero demasiado elemental. También la ejecución instrumental se limita a lo básico, no hay partes agudas en las guitarras, variedad vocal, rellenos o cortes en la batería, y en general apenas se aprecian rasgos de personalidad ni como grupo ni como músicos. Eso sí, dan cera y son entretenidos, y probablemente en directo sean motivo de disfrute salvaje, pero en disco van a necesitar subir el nivel para seguir en esa concurrida élite de la brutalidad.

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