jueves, enero 16, 2014

ORGIASTIC REBIRTH- Corridors of repugnant suffering (2013)


No es que en Nueva Zelanda no haya Death Metal, pero por sus circunstancias geográficas el que hay sale poco o apenas se conoce más allá de sus fronteras, salvo en el caso de algún grupo de renombre como ULCERATE. El que nos ocupa ha ido a fichar nada menos que por un sello ruso, y además de reciente creación, aunque el álbum se distribuye también a través de Sevared Records. Lo que hacen estos ORGIASTIC REBIRTH no se corresponde con lo que a priori parece indicar su nombre o lo que pueda sugerir la portada, obra del Mottla Art Studio: no es Slam, ni siquiera Brutal Death, es Old School Death pero no retro, ya que alberga un poquito de otras cuantas cosas, como las citadas o como ciertos rasgos Doom, y tiene un saludable aire de naturalidad que lo sitúa por encima de tendencias demasiado enclaustradas en sí mismas.

El estilo puede recordar a veces a unos ASPHYX, puede sonar a AUTOPSY, puede parecerse por momentos a MORGOTH, a ROTTREVORE, a CARNAGE… o a DEVOURMENT. Tiene partes arrastradas y ritmos pesados, pero cuando les apetece meter blasts lo hacen, y si quieren arrancarse con un ritmo casi Slam también, como en “Chainsaw the children”, incluso pasan alegremente de lo uno a lo otro en “Mangled cunt fixation”. El tema estrella es el casi instrumental “Substance induced psychosis envoking mass perverse cannibalistic execution rituals”, de duración tan larga como el propio título y honda introspección Doom, aunque otros como “Eviscerate the unborn” también brillan a gran altura. Por el camino despliegan un interesante muestrario de recursos que abarca toda la historia del género pero que en ningún momento suena chocante, ya que funden sus variadas influencias con sentido de la cohesión y el conjunto acaba estando bien empastado.

La mayor pega es el sonido de la batería, demasiado mecánico, demasiado poco orgánico para poder llegar al nivel del resto de la música y de los instrumentos. A cambio, el bajo ha logrado un estupendo sonido medio difuso pero a la vez con cuerpo, y gracias a él se compensa en parte la limitación de la batería a la hora de unificar la masa sonora. Incluyen de regalo un par de versiones, una de MORTICIAN y otra de DEATH, si bien la primera no encaja con el resto del álbum, por el estilo tan distinto de ambos grupos y porque queda en evidencia que las brutalidades y el simplismo de los estadounidenses sólo tienen sentido con cierto tipo de producción. En realidad estas versiones habrían quedado mejor como auténticos “Bonus-tracks”, sin escatimar duración a la aportación creativa personal, que al final se queda algo escasa y nos deja con la sensación de que no han explotado toda su riqueza de registros y de que podrían haber exhibido aún más todo su potencial, por ahora sólo insinuado.

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