viernes, abril 01, 2011

HAEMOPHAGUS- Slaves to the necromancer (2009)

En más de un sitio describen a este grupo como Death/Grind, pero la verdad es que de lo segundo hay poco, o no es lo más representativo, salvo por algunos ocasionales blasts. Lo que hacen es un Death con regustillo Old-School e inclinaciones Horror-Death, en plan AUTOPSY pero no tan cáusticos ni tampoco tan macabros como NECROPHAGIA. Mucha variedad de ritmos, muchos pasajes distintos en cada uno de los temas y unos riffs simples y directos. Originalidad poca, desde luego, y recuerdan a muchas otras cosas conocidas, aunque no por su estilo en general sino en trozos aislados: de repente suenan a CARCASS en “The mark of madness“, muchas líneas vocales provienen de los primeros discos de SLAYER, hay riffs que evocan a UNLEASHED, etc., y todo ello en medio de una ambientación siniestra y un poco como de cómic, así que la mezcla es de lo más entretenida.

Y eso es lo que prevalece a lo largo de los catorce temas, una música muy amena, entretenida, también, por qué no, “fácil” de oír –pero no facilona- y que entra a la primera. Parten de unos recursos bastante simples pero los aprovechan muy bien, sobre todo alternando los ritmos y creando atmósferas distintas, sin que los cambios resulten nunca violentos o chocantes. Un par de intros, toques solistas aislados, temas lentos entre otros más rápidos, de vez en cuando unos blasts que, como decía, están usados como un complemento más… El disco transmite una gran sensación de espontaneidad pero todo está trabajado con esmero y convenientemente  colocado, de modo que la aparente simpleza se traduce sólo en que el resultado suena muy inmediato, lo que viene a ser seguramente su mayor logro.

1 comentario:

Carlos Tizón dijo...

hombre, siempre ayuda que te recuerde a algo, y a estas alturas en complicado que una banda no tenga clara una influencia, pero teniendo en cuenta que hay bandas dentro del panorama extremo calentandose las neuronas para ir un paso mas alla, a veces este tipo de bandas pasan desapercibida.

Aunque ahora paso menos -cada dia tengo menos tiempo- sigo leyendote Pedro, un abrazo