Otro producto de la factoría de abominaciones Inherited Suffering Records, en este caso el debut de una banda formada en la capital griega sólo un año antes de publicar el álbum que nos ocupa -eso sí que es llegar y besar el santo- y que no ha sufrido hasta el presente cambios en su formación: guitarra, bajo, batería y voz. Lo básico, como básico parece en principio su escaparate de brutalidad, aunque luego sorprende.
Y lo hace porque incluye mucho más de lo que parecen aventurar su portada, título, logo, nombre, etc., todo muy convencional y hasta un poco burdo, con ese aspecto de imitación barata de LUST OF DECAY o de otros mil grupos parecidos. Resulta que el contenido es más variopinto, y junto al previsible Brutal Death aparecen buenos medios tiempos, riffs directos y pegadizos, economía de notas y claridad de líneas, todo ello dentro de ocasionales pasajes Death sin etiquetas. Y, al parecer, ellos mismos dicen en su Facebook y en su Myspace que hacen “Death”, así, sin concretar.
Pueden decir misa, pero esto es Brutal Death de libro, aunque con otros aditamentos que vienen genial para darle dinamismo y un plus de interés al disco. De hecho no se entiende que hayan camuflado ese rasgo de diversidad bajo una presentación general tan del montón y encima toscamente elaborada. Pero basta escuchar “Creation of abysmal authority” o “Carnal pleasure of abnormal derangement” -seguramente el tema más vulgar y lineal- para tener clara la orientación Brutal Death. En fin, no insistamos en esto, sino en lo que no era previsible y le da su gracia final: los blasts a piñón son innegables, pero los riffs se alejan de la escuela SUFFOCATION o DEEDS OF FLESH y resultan bastante más elementales, con un aire al “The age of recreation” de sus compatriotas MASS INFECTION. Motivos breves, de estructura simple y ritmo regular, que crean una amena combinación con la ultravelocidad de la batería.
Cuando ésta abandona su monotonía es cuando encontramos los pasajes más interesantes, o en los momentos en que subraya con los platos los acentos de los riffs sobre un fondo uniforme de blasts y redoble permanente de doble bombo. Si lo hacen algunas veces será que pueden hacerlo más y quizá en un futuro alcancen resultados superiores. Por ahora dejan la promesa en momentos aislados de “Humanization mechanized” o “Insolent compulation” y sobre todo en los temas “Murder” y “Supremacy decay and dominance impurity”, en cuya segunda mitad la batería vuelve a lucirse con todo mérito.
Pero el disco entero está afectado de una especie de irregularidad o de indefinición, y al igual que alternan los temas ramplones con hallazgos muy llamativos, de repente enlazan el final del citado “Supremacy decay…” con el principio del siguiente usando un riff casi igual, y lo vuelven a hacer en el siguiente empezando con otra mínima variación del mismo riff y encima usando idéntico ritmo en la batería. Y por si esto fuera poco, este último tema se presenta como una instrumental de cuatro minutos, la mayor duración en el álbum, lo que hace albergar esperanzas de un final a lo grande, pero no: el tema es poco más que un boceto, con dos mitades y dos riffs, uno en cada, y hasta tienen el poco acierto de cerrar con un fade-out de un minuto.
Para rematar la parte negativa, la producción resulta bastante mejorable y el sonido necesita una buena dosis de brillo, dado el estilo que practican. Pero en general el disco gana en los aspectos positivos, se aprecia talento y buenas ideas, además de brutalidad y salvajismo ortodoxos, y quizá la meteórica trayectoria del grupo explique esos pocos aspectos que no han logrado depurar del todo. Tiempo tienen de ahora en adelante.
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