lunes, febrero 07, 2011

HEXXED- The synapse collision (2010)

El subgénero no basta para que un disco tenga calidad, si no, todo lo que se nos presenta como “progresivo”, “técnico”, etc. –por no hablar de lo “experimental” o lo “avant-garde”- tendría que ser bueno, y no es así. Pero inconscientemente puede que a veces nos dejemos llevar y pensemos que unos estilos son en sí mismos mejores que otros, o más proclives a producir discos valiosos. Que la complejidad siempre es una virtud, o que el Grind, de entrada, no puede dar obras de alta calidad musical. O que estos HEXXED, por el mero hecho de cultivar el Death progresivo, tienen el don de la inspiración. Pues no es así, y me temo que había muchísima más genialidad compositiva en cualquier disco de NASUM que en todo este “The synapse collision”.

Riffs parcialmente enrevesados en los dos primeros temas, algunos ritmos irregulares (“Channels”), otros con un ingenuo despliegue de contratiempos y síncopas encadenados de manera bastante forzada (“The aetheric plane”), frases con una especie de sabor mecanicista debido a sus estructuras repetitivas (“Perceptions derailed”), siete minutos largos de pura yuxtaposición de secciones sin ninguna relación entre sí (“Triclopics”), una voz con diversos y cambiantes efectos… todo parece concebido para crear ambiente en una espasmódica pista de baile poblada de ciborgs, pero está realizado de forma terriblemente artificial. Y eso se nota de lejos, desde aspectos tales como los títulos de los temas o el del propio álbum, como si partieran de la idea de que hacer cosas raras porque sí mola. En realidad faltan ideas –sobre todo a nivel musical- y sobran poses.

Pero  lo peor no es eso, ya que aún más grave resulta la propia indefinición del disco. Junto a todo lo descrito aparece un tema casi instrumental con los rasgos justamente opuestos –regularidad métrica, tempo lento, ambiente sosegado… el titulado “Ataraxia and the subsequent flight”-, un largo interludio acústico de relieve totalmente plano (“Rewire”), dos temas de seis minutos y medio cada uno hechos a base de sonidos atmosféricos (“The electric mind”, partes 1 y 2 respectivamente)… No sé si es peor el recurso fácil a la rareza sin contenido o el puro y descarado relleno que demuestran con todas estas salidas de tono.

El disco tiene doce temas, así que, salvo dos, ya he hecho una caracterización de todos ellos y una descripción de su sentido –o sinsentido- dentro del conjunto. Esos otros dos son “Unearth” y “Critical mass”, con duraciones algo por encima del minuto y de los dos minutos, respectivamente, y vienen a ser los temas más honestos y a la vez con más cohesión dentro de un disco con muy pocos o ningún atractivo, ni en su concepción ni en su ejecución. Músicas creativas infinitamente más interesatnes, y también con buenas dosis de extravagancia, las hay a montones y en todos los subgéneros (PECCATUM, SIGH en sus mejores momentos, los MARTYR canadienses, sus compatriotas UNEXPECT o los propios VOÏVOD a la cabeza de todos). Mejor acudir a ellas.

2 comentarios:

Carlos Tizón dijo...

amigo, me da que de este voy a pasar, ultimamente a cualquier banda que mete un par de cambios fuera de sitio se le engancha la etiqueta tecnico o prog, cuando no son mas que sinsentidos

saludos

P.I.G. dijo...

Pues sí, tienes toda la razón. Y en este caso concreto se cumple a la perfección.

Pensé que dirías algo del de ayer, por varias razones. Quizá no lo viste, porque me solapo a mí mismo de un día para otro, jaja!

Un saludo.