sábado, abril 14, 2012

DARKNESS BY OATH- Near death experience (2012)

A ver si sé enfocar esta reseña para que se me entienda bien, que no siempre es fácil. Lo que tenemos aquí es el tercer disco en sus diez años de existencia por parte de los vascos DARKNESS BY OATH y el segundo que publican con el sello Cyclone Empire. Si su anterior “Fear yourself” del 2009 lo mezcló y masterizó Dan Swanö, esta vez se ha encargado de los asuntos técnicos Tristán Íñiguez, uno de los dos guitarristas del grupo, y su labor no desmerece en nada a la del polifacético músico y productor sueco.

A lo largo de once temas y casi tres cuartos de hora plasman un Death melódico estilo Gotemburgo y con claras influencias de AT THE GATES reconocidas por ellos mismos, pero tan exageradas que da la impresión de estar oyendo a los propios AT THE GATES o como mínimo una reproducción muy fiel, concretamente de su última etapa con los discos “Terminal spirit disease” de 1994 y “Slaughter of the soul” de 1995. Esto es AT THE GATES por los cuatro costados, con alguna cosilla más pero básicamente ATG. Quizá también menos agresivo y más melódico. Hay momentos que recuerdan a los IN FLAMES de antes de cambiar de orientación -o de cuando empezaban a hacerlo-, blasts un tanto más brutales que por momentos le dan otra dimensión a la música, un cautivador tema instrumental y algún otro momento aislado más como las voces limpias en el último tema, pero casi en su totalidad esto es una pura recreación del estilo medio/final de ATG.

Aclarado esto, hay que decir que el disco está magníficamente compuesto y trabajado, tiene una estructuración muy firme en cada tema, unas deliciosas guitarras dobladas, solos expresivos, arreglos muy meticulosos, riffs melódicos que contrastan con la espectacular fuerza de la voz de Aritz Nabarro, pero… y no es por volver con la idea de antes, pero es que resulta inevitable hacerlo… todos esos elementos están sacados punto por punto de los mencionados e influyentes suecos. Tomemos como ejemplo los cambios de ritmo, sabiamente distribuidos y combinados, qué duda cabe, pero que proceden de donde ya he dicho y están situados en los mismos puntos que allí. La bajada de tempo al llegar al preestribillo o estribillo en los temas rápidos (“Streams of blood”, “In an obscure eternity”, entre otros), por ejemplo, es otro caso palpable (y lo contrario en los temas más lentos, como “NDE”). La armonía de los temas, las frases melódicas que entretejen y doblan las guitarras, la estructura de muchos riffs, las partes rápidas de la batería, la voz solista rasgada -no me refiero al registro gutural, que le aporta un interesante contraste-… son también rasgos tomados de ATG, a quienes DARKNESS BY OATH está claro que tienen en un altar: su primera grabación fue una versión del tema “The swarm”, que luego apareció en el álbum “Slaughterous souls – A tribute to At The Gates” de 1994, editado por Drowned Scream Records y Goi Music, y en este tercer disco participa como invitado Anders Björler de ATG y THE HAUNTED metiendo un solo en “Unequivocal evil excitement”, junto a la aparición de Marios Iliopoulos de NIGHTRAGE haciendo lo mismo en “Terror in thousand faces”.

Volviendo al principio: lo que quiero expresar es que el disco es una gozada de arriba abajo, y si lo hubieran sacado ATG en 1996 habría sido una formidable continuación de su carrera (de hecho este “Near death experience” me parece más variado, rico y equilibrado que el “Slaughter of the soul”, que cerró mucho el estilo previo del grupo), o si, por ejemplo, hubieran aparecido ahora de repente unas “cintas perdidas” con esta grabación. Pero han pasado cerca de dos décadas desde entonces y la consideración debe ser otra, y no puedo pasar por alto que estoy oyendo un disco del 2012 en el que cada dos por tres tengo la impresión de que el cantante va a empezar a chillar el estribillo de “Under a serpent sun” o “Terminal spirit disease”. Al valorar un disco todos tenemos unas premisas de fondo, aunque no las hagamos explícitas, y puede que concedamos más importancia a la ejecución, a la grabación o a la composición (con los subapartados y matices correspondientes en cada bloque). Yo me decanto claramente por la composición, creo que en cualquier proceso creativo es la base y el punto de partida, y así lo hago también al puntuar este disco. En todo lo demás el resultado del mismo es sobresaliente.

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