miércoles, julio 13, 2011

ILLIDIANCE- Damage theory (2010)

Parece mentira que con lo que ha subido el nivel musical en las últimas décadas se sigan publicando engendros como este disco, un híbrido monstruoso de melo-Death con bases Techno y ramalazos Emo en el que no hay nada, absolutamente nada, que pegue ni con cola. Y lo dice alguien que aprecia sobremanera las fusiones y la mezcla de géneros, pero cuando la mezcla no pega, no pega y punto.

Pero no es sólo eso, es que encima el grupo no da la menor señal de variedad en sus composiciones: todos los temas, TODOS, siguen literalmente el mismo patrón, el mismo orden, los mismos tempos, las mismas armonías, el mismo giro melódico al llegar el estribillo, los mismo coros “malotes” respondiendo en éste… Pero si hasta los temas “I want to believe” y “Fading away” empiezan igual: tras los 26 segundos de intro de este último, son idénticos salvo por el ritmo de la batería. Y cuando un grupo se autoplagia dentro de un mismo disco creo que todo queda dicho.

Y volviendo al estilo y a la “composición” de los temas, que es lo verdaderamente sangrante: ¿en qué estaban pensando? O simplemente ¿se han creído un cruce de TOKYO HOTEL y SONIC SYNDICATE? Porque por muy simplones y escasos de méritos musicales que sean estos dos grupos, no se les puede negar el poder de seducción y los muchos méritos comerciales que les han hecho tener éxito, cada uno a su nivel. Pero es que ILLIDIANCE son unos horteras de cuidado y tienen un mal gusto supremo. ¿Acaso sueñan con que les fiche NUCLEAR BLAST, creen que van a ser los próximos FILTER, ALL ENDS o MNEMIC, o qué tenían en la cabeza cuando grabaron esto? Y evitaré compararlos con IN FLAMES, porque la sola mención sería ofensiva para los suecos.

En una cosa tengo que corregirme: el tema “CyberGore generation” es más rápido que los demás y presenta, por tanto, un momento de variación frente a la monotonía permanente. Pero poco importa, sobre todo ante aberraciones como los teclados de “Infected”, de auténtica vergüenza ajena incluso aunque los hubieran parido en plenos ochenta con un Casiotone, que en realidad es lo que parece que han hecho. Por más que lo escucho no doy crédito, de verdad, y no consigo entender cómo este es ya su tercer disco ni cómo puede haber una discográfica que se ofrezca a publicarlo.

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