martes, junio 19, 2012

VIRUS- The agent that shapes the desert (2011)


VIRUS es un proyecto de Carl-Michael Eide, inquieto multiinstrumentista noruego que toca y ha participado en numerosas bandas bajo seudónimos como Czeral, Exhurtum o Aggressor, siendo la principal de ellas seguramente AURA NOIR. En VIRUS le acompaña a la batería Einar Sjursø, y su colaboración se plantea como la continuación del grupo de Black Metal vanguardista VED BUENS ENDE que ambos compartieron a mediados de los 90. Aquí las referencias Black se han diluido tanto que ya no cabe hablar de Black de Vanguardia, ni tan siquiera de Post-Black. Es más bien un Rock experimental con atmósfera siniestra y ecos lejanos de Metal.

El elemento clave con el que construyen su música es la disonancia. Sin llevarla a límites desagradables o estridentes, consiguen que tenga un alto poder de sugestión y la capacidad de crear ambientes opresivos. Ese gusto por la disonancia lo concretan en el uso de acordes aumentados y disminuidos, que en muchos momentos traen a la cabeza las sonoridades de VOIVOD, así como cromatismos, escalas atonales o cualquier otro recurso armónico o melódico que les sirva para dicho fin. El ritmo y la instrumentación se mueven en parámetros más normales, regularidad en el primer caso y formación de trío guitarra/bajo/batería en el segundo, a la que se suma una voz entonada con oscuros acentos casi teatrales.

Las influencias les vienen de los grupos en que ambos músicos han trabajado bien juntos o bien por separado, lo que también puede aplicarse al bajista de sesión del álbum, el también multiinstrumentista Bjeima, que aquí realiza una asombrosa labor. Otras influencias pueden ser ARCTURUS, ULVER o los mencionados VOIVOD, junto a resonancias de bandas como DEATHSPELL OMEGA, SHAOLIN DEATH SQUAD o hasta FAITH NO MORE. Pese a esto, VIRUS no despliegan un gran abanico de ingredientes musicales, insisten más de la cuenta en su premisa básica y al cabo de un rato caen en una cierta monotonía. Al margen de que el disco no es fácil de desentrañar ni de paladear por su inusual propuesta, cada tema gana mucho por separado, mientras que la sucesión de todos ellos se vuelve un poco gris. Pero quien sepa disfrutar de sus raros frutos encontrará indudables atractivos a los que volver una y otra vez. Personalmente me quedo con el tema “Red desert sun”, uno de los que presenta más contrastes y variedad y a la vez uno de los más vigorosos.

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