Grindcore furioso e inteligente desde Alemania, con un sesgo muy metálico en parte gracias a una producción decididamente moderna y a un sonido cristalino. Cada cual tendrá su gusto al respecto, pero todos los instrumentos se distinguen claramente y no por ello pierden agresividad, sino todo lo contrario. El otro elemento que les eleva por encima de los clichés del género es el intentar dar a sus temas una notable variedad compositiva, lo que hace que incluyan diversas secciones, algunas más ralentizadas como las del tema título o el principio de “Rausch”, por citar sólo algunos ejemplos, aunque en realidad todos los temas tienen una o varias y de hecho ofrecen gran variedad de ritmos, lo cual no está nada mal tratándose de temas que rondan una media de dos minutos.
Pero la base de sus esquemas sigue siendo la que dicta el género, es decir, velocidad de vértigo, riffs sencillos y una voz gritosa hasta la histeria. Lo que aquí marca la diferencia frente a, pongamos como ejemplo, congéneres más convencionales como ROTTEN SOUND, es que cada canción es un pequeño universo en el que exprimen el tiempo y las posibilidades con verdadera maestría. Cuesta darse cuenta, porque, aunque sea Grindcore, les ha salido un disco que demanda una fina atención por parte del oyente para percibir todos sus detalles, que los tiene y en abundancia. Lo cierto es que despliegan una interesantísima paleta de recursos pero en todo momento suenan agresivos, rápidos y devastadores, por lo que complacerá a los fundamentalistas del género pero también a quienes le pidan algo más.
Mejor aún es que el disco gana en diversidad a medida que van pasando sus distintos cortes: los riffs se vuelven menos genéricos –si es que en algún momento lo han sido-, explotan ágilmente el doble juego de voz chillona y voz gutural y a veces hasta una tercera un tanto hardcorera, va en aumento la presencia de arpegios (que alcanza su mayor aprovechamiento en los últimos temas, el veloz “Klonkrieger”, donde se oyen unos arreglos casi melódicos a lo BAD RELIGION, y el extrañamente titulado con lo que parece ser unas coordenadas, “67°48'0''N 12°50'0''O”), los ritmos alternan y cambian en fragmentos brevísimos, surgen disonancias, armónicos, e incluso algún pasaje en el que casi cantan, caso de “Zitat”, y otro que le brinda al tema –“Izotope”- un riff inicial prácticamente Thrash al que enseguida le asestan el golpe definitivo que lo conduce por la senda Grindcore.
Y todo esto, como digo, comprimido en temas cortos y directos. En medio del disco, a modo de bisagra, nos encontramos con una revisión del “Maggots in your coffin” de REPULSION, con una personalidad menos oscura que aquella que grabaran NAPALM DEATH en su primer “Leaders not followers”, pero igualmente salvaje. Particularmente, encuentro que la presencia de esta versión sirve para resaltar lo distinta y versátil que es la propuesta de WOJCZECH respecto a los orígenes del género pero a la vez demuestra en qué alto grado se mantienen fieles a su carácter más auténtico y brutal.
Por todo esto es una pena que no hayan hecho un disco verdaderamente ambicioso, al estilo de NASUM o PIG DESTROYER, siendo éstos los modelos a los que parecen tender: once temas propios, con la duración señalada pero después de mostrar tanto ingenio, son verdaderamente muy poco. Y más aún si pensamos que en este género es frecuente incluir veinte o treinta temas y que los grandes hitos que abrieron nuevos caminos, como “Human 2.0” o “Prowler in the yard”, rondaban los cuarenta minutos. Quizá a WOJCZECH les pesa su costumbre de publicar únicamente Splits y algún EP, aparte de otro único larga duración en el 2005 titulado “Sedimente”, de proporciones similares a este “Pulsus letalis”, pero tienen méritos de sobra para jugar en primera división si se deciden a hacerlo.
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