UNHOLY LUST- Taste the sin through the fire (2010)

Si uno se encuentra un grupo con este nombre y un disco con este título (y con una portada tan cutre), ya sabe más o menos qué esperar. Y en este caso las expectativas se cumplen: adoradores de POSSESSED, primeros BATHORY y el “Show no mercy” de SLAYER, congregaos todos ante el altar de los sacrificios para saborear el pecado a través del fuego. Al menos hay que agradecerles que el sonido es bueno en cuanto a calidad y claridad (nada que ver con la portada del álbum) y que al mismo tiempo recrea con mucho acierto el ambiente y la época que toman como fuente exclusiva de inspiración.

El riesgo de este planteamiento musical es múltiple: de entrada, que no tienen nada nuevo que ofrecer en cuanto al estilo, pero además que tienen muy difícil superar los modelos que ya existen, los grupos y discos citados y una inmensa ristra de temas emblemáticos. Por tanto, el mayor riesgo viene a ser si tendrán una inspiración privilegiada, o al menos una inventiva decente. Casi ningún grupo actual de “homenajeadores” tiene lo primero, y lo segundo más o menos lo consigue cualquiera a poco que analice con atención el original. UNHOLY LUST no son una excepción, todo lo que hacen está inventado, establecido y superado, y tampoco consiguen hacerlo con más gracia que sus auténticos creadores.

Los cuatro primeros temas no están mal, son entretenidos, la voz tiene un efecto sonoro en plan cadavérico que le da un aire retro muy atractivo, el sonido es tal como describí antes, hay riffs sencillos y de fácil escucha,  en resumidas cuentas se hace ameno. Algún estribillo como el de “Torso” destaca entre el resto por su carácter directo y su invitación a corearlo. Pero luego el festival de nostalgia se queda sin ideas y comienzan las simplezas, los riffs mediocres, la repetición permanente del mismo ritmo básico, las citas casi textuales de pasajes ajenos, los giros y las armonías gastadas a fuerza de haber sido repetidas durante décadas… y la cosa no da para mucho más, aunque guardan para el final un convincente “Warriors of death”. Como digo, es un pasatiempo válido durante un rato, pero, sin querer menospreciar el trabajo ni el esfuerzo del grupo, no me veo volviendo a escucharlo dentro de un tiempo.