Siempre es incómodo calificar en conjunto un Split, porque se trata de dos trabajos distintos y dos grupos distintos juntos en un solo formato, pero cada cual con sus propios logros y carencias. Suele haber puntos de coincidencia, que son los que le dan coherencia al álbum y un cierto sentido como unidad, pero las diferencias son inevitables. En este caso también las hay, principalmente por la parte de la producción aunque también por el estilo.
Ambos grupos son finlandeses y ambos grupos practican un estilo salvaje de Thrash veloz y rabioso, en el caso de WOUNDS cruzado con pasajes Grind despiadados. Ya que los menciono, empezaré centrándome en ellos. Estos tipos llevan desde finales de los 90 haciendo el cafre, y eso se nota. En general, siempre se nota cuándo un grupo está haciendo música de forma premeditada o cuándo les sale de dentro, y WOUNDS no son de esos grupos que se han sentado a decir “vamos a hacer música fundiendo tal y cual estilo” o “partimos de la intención de recrear nosequé corriente”. El resultado en uno y otro caso es radicalmente distinto, y se nota de sobra cuándo la música viene de la cabeza o sale de las entrañas. A WOUNDS les sale de unas entrañas endiabladamente podridas y con una violencia genuina a más no poder. Esto no es retro-nada, esto es actitud total, entrega y naturalidad al cien por cien, sin premisas y sin alardes de nada. Fabuloso.
PYÖVELI también se formaron a finales de los 90 y también cuentan con un buen puñado de demos a sus espaldas, pero su caso es diferente por varias razones, en primer lugar porque los temas de WOUNDS en realidad son el EP “Storming death” del 2006 al completo, mientras que PYÖVELI presentan material exclusivo para este Split. El estilo difiere del de sus compañeros de álbum porque lo suyo es Thrash de la vieja escuela sin injerencias de otros géneros, lo que hace su oferta algo más lineal y previsible, y lo único que delata su actualidad es el uso ocasional de algunos blasts. Por lo demás, esto es puro Thrash a la alemana pero ¡aún más rápido! Su pose general es decididamente retro, y títulos como “Speed Metal merchants” o el de su disco del 2005, “The New Renaissance of Speed & Thrash Metal”, así lo demuestran.
Sin embargo, su música tiene garra y espontaneidad y no parece hecha para aspirar a ser contratados por un poderoso sello discográfico. Reproducen clichés, pero lo hacen con tanta convicción y desparpajo que no se les puede acusar de pretenciosos. El gran problema de sus temas es la penosa producción, que arruina casi por completo el resultado. Tiene cierto encanto por su crudeza, pero en realidad la calidad del sonido es propia de una Demo y los instrumentos están poco o mal equilibrados, en especial la batería (sobre todo los timbales agudos, que suenan como los del “Pleasure to kill” pero aún más cantosos). Una pena, considerando que dan caña sin parar y con verdadera agresividad, y una producción siquiera decente habría hecho palidecer a muchos supuestos nuevos abanderados del Thrash. De regalo, nos provocan una carcajada con la broma al final del tema “Executioner” –que es, por cierto, lo que significa el nombre del grupo, retro como no podía ser menos-.
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