sábado, diciembre 07, 2013

ONSLAUGHT- VI (2013)

Este debe estar entre los títulos más cutres de toda la historia del Metal, o de la música en general, mucho peor que llamarlo como el propio grupo. No bastaba con los varios “13” publicados este año, entre SUICIDAL TENDENCIES, BLACK SABBATH o el anunciado “XIII” de nuestros compatriotas BARBARIAN PROPHECIES, el de SIX FEET UNDER bastante anterior, el “Th1rt3en” de Mustain & co. hace un par de años o el “This Is Thirteen” de ANVIL un poco antes, pero al menos el trece tiene una simbología por la cosa de la superstición y demás. ¿Pero el 6? Ya, el número del Anticristo opuesto al 7 como número bíblico, bla bla bla… Pues para eso échale imaginación y al menos invéntate un “Formulas Fatal to the Flesh”, con los tres seises, ante el cual lo de “66fuckin’6” queda hasta bochornoso, o ponle delante un “Chapter”, “Issue”, “Revelation” o “Pestapokalypse”, como se han molestado en hacer otros. Aunque viniendo de títulos como “Killing peace” y “Sounds of violence” tampoco se podía esperar mucho.

Pero en fin, no nos quedemos en la superficie. ONSLAUGHT han dado tumbos toda su carrera y este título puede no ser más que otro pequeño tropiezo, así que vayamos con la música: tras una intro oportuna y ajustada, el primer tema empieza potente, aunque cayendo ya en lo mismo de hace más de un cuarto de siglo, copiar a SLAYER descaradamente. El riff es facilón aunque efectivo, sobre todo para un primer tema, pero la estrofa canta más de la cuenta y luego lo del break a mitad de tema es para sacarle los colores a cualquiera. Habrá que seguir esperando y seguir teniendo fe… El segundo, “Fuel for my fire”, también suena a los maestros de maestros, pero tiene unos estupendos cambios de ritmo y un estribillo directo sencillo e ingenioso. Después dan visos de querer abrir aún más el repertorio estilístico con un sorprendente “Children of the sand”, pero enseguida se ve que fue un espejismo.

De ahí en adelante vuelven la escasez de identidad y el “homenaje” continuo a los riffs clásicos del difunto Hanneman y a las líneas vocales de Araya (qué decir de un “Enemy of my enemy”, por ejemplo). Al menos lo compensan con una gran variedad rítmica, unas estructuras muy sólidas, estribillos resultones y una ejecución furiosa y trepidante. No serán unos chavales, pero el disco suena como si en verdad lo fueran, y si en el aspecto creativo siguen sin llegar lejos -el sino de su historia-, sí que logran sonar convincentes, ser más directos que en discos recientes y arrollar al respetable a base de fuerza salvaje, aparte de los otros méritos ya citados. Puede que por momentos suene risible en pleno 2013 oír a Sy Keeler vociferando una y otra vez “Killing is my aim in life!”, pero no más que oír a un canoso, lisiado, devoto padre de familia y cristiano confeso Tom Araya hacer lo mismo. Y entre tener que tragarme a oportunistas como ENTRENCH, NEKROMANTHEON o los ANTICHRIST suecos y disfrutar de este último disco de ONSLAUGHT, lo tengo muy claro.

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