viernes, marzo 09, 2012

CANNIBAL CORPSE- Torture (2012)

No voy a entrar en las controversias que tan a menudo provocan CANNIBAL CORPSE con cada nuevo disco (si cambian porque cambian, si no cambian porque no cambian, que si todos los discos son el mismo y se repiten o que si son un modelo de constancia y fidelidad a sí mismos... el eterno debate y la historia de siempre). Objetivamente son una de las mayores bandas de Death Metal de todos los tiempos, en cifras tanto de ventas de discos como de giras interminables por todo el mundo, en popularidad, en influencia, en número de imitadores y también en capacidad de generar polémica y de levantar pasiones entre defensores y detractores. Pero en esto, como decía, no voy a entrar.

Centrándome en la música, lo único que cabe decir es que han vuelto a engendrar un disco demoledor y de una fuerza imparable, todo un modelo de Death Metal en pleno siglo XXI, un catálogo de ritmos, riffs y gruñidos que cualquier grupo novel querría para sí. Y creo que este es un buen enfoque para alejarse de prejuicios: si un disco así lo hubiera grabado un grupo nuevo le lloverían los elogios (junto a las críticas por haber copiado a CANNIBAL CORPSE con el mayor descaro). Esto es Death al 100%, con sonido agresivo y producción devastadora, estructuras complejas, cambios de ritmo, violencia visual y lírica y el inconfundible estilo del grupo, tan reconocible como siempre. Al margen de la opinión de quienes se aburren con el carácter monolítico de su vasta discografía y que preferirían verles ampliar el estilo, no puede decirse que CANNIBAL CORPSE se plagien a sí mismos ni que haya frases, riffs o estribillos que recuerden a otros anteriores, y eso en un grupo con semejante trayectoria es todo un mérito. Que cambien o no y que esto contente o desagrade a los fans será cuestión de gustos, pero llevan doce discos evitando el autoplagio y sin repetir sus propias ideas.

El disco ha tenido una campaña de promoción en la que se nos habían anunciado algunas novedades, junto al recurso a fórmulas ganadoras ya probadas antes. Entre estas, el usar a Erik Rutan como productor, al igual que en los dos álbumes previos, o el volver a grabar en los estudios Sonic Ranch de Texas, como ya hicieron en tres discos alrededor del cambio de milenio. Si algo funciona, para qué cambiarlo. En el capítulo de "novedades" se había prometido una vuelta a la crudeza de sus comienzos. Bueno... sin ser del todo cierto, sí es verdad que han rebajado el nivel de tecnicismo que en trabajos recientes amenazaba a veces con asfixiar al oyente. Por supuesto que hay riffs complicados y montones de notas y más notas, pero lo han equilibrado con mayor presencia de partes simples e ideas directas, desde el mismo comienzo del disco. Riffs sin demasiadas florituras pero con la esencia del Death americano intacta, y por supuesto sin caer jamás en la monotonía. Y este es otro capítulo importante: la variedad de velocidades y cambios es pasmosa (quizá no tanto la de ritmos en los riffs), otro rasgo de identidad tanto del género como de su estilo personal. Un disco dinámico, variado y lleno de detalles. Y además lo redondean con solos veloces e incisivos, arreglos de guitarras armonizadas, algún pasaje con arpegios amenazantes -en "Followed home then killed"- y un Alex Webster que está verdaderamente inconmensurable al bajo.

Y por citar temas concretos donde se plasma todo esto, habría que destacar la pesadez arrastrada de "Scourge of iron", el estribillo pegadizo de "As deep as the knife will go" (que recuerda a la etapa "Gore obsessed", una tendencia sensiblemente rebajada en este álbum), la estampida violenta de "Encased in concrete" o el propio arranque del disco con "Demented aggression", un tema que desde hace un par de meses se podía oír en la red como adelanto. También tienen importante presencia de las partes pesadas -siempre combinadas con otras- "Crucifier avenged" y más aún "Caged... contorted", tema más interesante rítmicamente y en el que Webster literalmente vuela en varias partes que casi son un solo de bajo. Y sus alardes prosiguen en "The strangulation chair", robando protagonismo a las guitarras y demostrando, como lleva tiempo haciendo, que su presencia y nivel técnico son iguales, si no superiores. El disco se cierra con una furiosa "Torn through", uno de los temas más rápidos y una muestra más de que aquí no hay rellenos. Aunque en sus últimas entregas flojearan un poco con una propuesta demasiado lineal, CANNIBAL CORPSE conocen las fórmulas casi perfectas para grabar una y otra vez discos apabullantes con matices distintos entre sí, eso es lo que saben hacer y en este nuevo disco lo siguen haciendo muy pero que muy bien.


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