Para quien no conozca a CANNABIS CORPSE urge explicar que se trata seguramente de uno de los casos más singulares en el panorama extremo de los últimos años: un grupo que parece creado sólo para hacer unos chistes con juegos de palabras sobre títulos de CANNIBAL CORPSE pero que en realidad lleva ya tres discos y un EP produciendo uno de los más alucinantes, pegadizos e inspirados ejemplos de Death Metal de la actualidad. La tremenda paradoja de este grupo es que no sabemos si su presentación jocosa les ha servido para darse a conocer masivamente o si les está perjudicando porque evita que la gente les tome en serio y les mire como algo más que una broma. Me inclino a pensar que en un principio ha ocurrido lo primero y que ahora mismo se enfrentan al riesgo de que suceda lo segundo.
El grupo se formó como proyecto paralelo del actual bajista de MUNICIPAL WASTE, Philip Hall, que aquí se encarga de bajo y guitarra, y han mantenido estable la misma formación que ha grabado sus cuatro entregas hasta ahora, con la única adición de Nick Poulos (PARASYTIC, VOLTURE) a la guitarra a partir de su segundo disco completo.
Todo su universo lírico e iconográfico ha girado siempre en torno a la marihuana, pero enfocado exclusivamente a través de títulos de los de Buffalo que han alterado casi siempre con mucha gracia: sus anteriores discos se titulan “Blunted at birth” y “Tube of the resinated” y el EP “The weeding”, e incluían temas como “Force fed shitty grass”, “I will smoke you”, “When weed replaces life”, “Sentenced to burn one” o “Experiment in horticulture”. La cosa tiene guasa y da para unas cuantas risas, pero increíblemente la música ni es un chiste ni está hecha a base de retales o sobras, como ocurre con tantos proyectos paralelos: es todo un cañón, Death Metal con todas las letras y muy por encima de muchísimos grupos “importantes”.
Sin embargo, en esta nueva entrega amplían el objeto de sus parodias verbales a otros grupos como MORBID ANGEL y DEICIDE y sorprenden con títulos como “Lunatic of pot’s creation”, “Where the kind lives” o “Gateways to inhalation” (o el propio título del álbum), en lo que quizá sea un primer paso de alejamiento de sus limitaciones anteriores y una puerta a mayores ambiciones en todos los sentidos, quién sabe. La música es tan variada, fresca y adictiva como antes, o más aún, porque con cada disco se han superado a sí mismos. Esto es Death Metal 100%, con caña, estructuras complejas, riffs agresivos, voz rugiente y ritmos trepidantes, pero con la fórmula privilegiada para engendrar temas de un atractivo inmediato, algo casi prodigioso.
Con cada disco han aumentado la duración total y la cantidad de temas, pero su inspiración no sólo no merma sino que va también en aumento, y temas como “Blame it on bud”, “Dead by bong” o “Immortal pipes” están repletos de ideas formidables y de riffs que dan ganas de oír una y mil veces. Si le sumamos un trabajo admirable de guitarras rítmicas entretejidas con motivos melódicos y partes solistas, cambios de ritmo naturales y fluidos, y además una producción intachable, tenemos una de las mayores sorpresas del año, incluso para quien ya les conociera y supiera de lo que eran capaces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario