lunes, agosto 01, 2011

FEARLESS IRANIANS FROM HELL


Pocos grupos de los 80 debe haber con un nombre tan inmediatamente llamativo como el de FEARLESS IRANIANS FROM HELL, y a la vez tan intrigante. Y pocos que, cuando uno se adentra en su sentido y su temática, resulten tan sujetos a controversia. Más aún en nuestros días, treinta años después, cosa que ni ellos mismos pudieron haber previsto entonces.

Semejante nombre fue el que se adjudicó esta banda durante su existencia prácticamente limitada a dicha década y con el que se ponían en la piel y la situación de un integrista islámico para expresar la visión que estos tenían sobre el pueblo norteamericano y la cultura occidental en general. Arriesgado, cuando menos, y hoy día abiertamente suicida, si alguien decidiera repetir la osadía. Por si fuera poco, ellos se atrevieron a hacerlo en un estado como Texas, cuna del espíritu más retrógrado, los ideales más belicistas y los ademanes más violentos tanto para sí mismos como hacia el exterior.

Con títulos como “Die for Allah”, “Holy war” y “Foolish americans” la cosa queda más que clara, y es que estos tipos no querían disimular sus intenciones, sino todo lo contrario. Después de un primer EP homónimo editado por el sello californiano Boner Records en el año 86, con cuatro temas que no alcanzaban los ocho minutos de duración total, vendrían tres discos más con la misma discográfica bajo los anteriores títulos, en los años respectivos de 1987, 1988 y 1990, y publicados en Europa por Big Takeover Records. Ninguno de estos álbumes llegaba a la media hora de música, y el primero incluso se quedaba en la casi escandalosa marca de veinte minutos. Al albor de la nueva década, una edición especial de esos tres discos juntos en un solo álbum vio la luz (con la ausencia del último tema de “Die for Allah”), al tiempo que el grupo como tal dejó de existir.

Su orientación musical no se ponía barreras ni aspiraba a cumplir los esquemas de un determinado género, sino que mezclaba la velocidad del proto-Thrash de la época –aunque para entonces éste ya hubiera estallado y dado lugar al género autónomo tal como lo conocemos hoy- con la intensidad del Hardcore y rasgos Crust, mientras que un impulso Punk presidía su actitud desafiante y combativa. Aun así su estilo fue cambiando y pasaron de las reminiscencias punk a medio tempo de su primer EP a un aumento de la agresividad y la velocidad en “Die for Allah”, luego un segundo LP más crudo, explosivo y enfático tanto a nivel musical como letrístico y finalmente, con “Foolish americans”, mostraron el resultado de un trabajo más elaborado y con algunas inclinaciones heavys.


Pero repasemos antes los orígenes y la formación del grupo. La primera alineación estaba compuesta por integrantes de THE MARCHING PLAGUE y contaba en el puesto de bajista con quien luego sería guitarra solista en TOEJAM. Posteriormente también pasaron por sus filas otros exmiembros de THE MARCHING PLAGUE, así como de THE BUTTHOLE SURFERS y de PRENATAL LUST. Según palabras de la propia banda, sus influencias musicales abarcan Pop, Punk, Synth, Industrial, Avant-garde, Reggae, Rap, Clásica “y especialmente Disco”. Al parecer, no era infrecuente que se celebraran fiestas Disco en el local del grupo, e incluso grabaron un álbum Disco titulado “Dance for Allah” que nunca llegaron a publicar oficialmente, aunque existen unas pocas copias en casette.

El aglutinante de todas estas influencias y lo que se constituiría en su vínculo común fue la actuación de los SEX PISTOLS en la ciudad natal del grupo, San Antonio, como ellos mismos descubrirían más adelante. El primer cantante del grupo, Amir Mamori, era precisamente de origen iraní y se había trasladado con su familia a Texas huyendo del régimen del Ayatolá Jomeini tras la caída del Shah de Persia. Pronto trabó amistad con otros aficionados al Punk, concretamente con miembros de THE PLAGUE (posteriormente THE MARCHING PLAGUE). Fue en parte por el estímulo e incluso la ayuda compositiva del cantante de estos por lo que Amir se decidió a montar su propio grupo, aunque al principio las dos bandas estaban formadas por los mismos músicos y si ambas actuaban seguidas en directo, FEARLESS IRANIANS, que aún figuraban como teloneros, aparecían con la cara cubierta, en parte para reforzar la atmósfera de peligrosidad pero también para disimular el pequeño engaño.

Después de haber logrado un contrato discográfico con Boner Records, Amir propuso que antes de entrar en el estudio de grabación buscasen un cantante más capacitado que él, y este terminó siendo un tipo de cabeza rapada y licenciosa vida nocturna llamado Matt Cheswick. A partir de entonces la labor de Amir en el grupo pasó a ser la de compositor, mánager, asesor y portavoz, aunque se le puede oír en el primer y en el tercer disco soltando largas peroratas recitadas en la lengua farsi, en temas como “Chant” o “Decade”. Posteriormente, y antes de grabar el primer LP, el bajista que había participado en el EP fue sustituido por el bajista de THE BUTTHOLE SURFERS.

Respecto a su muy insólito despliegue lírico, hay que aclarar que se lo tomaban todo como la mayor de las provocaciones, y desde luego nunca pretendieron que nadie tomara en serio sus declaraciones (perlas como “Our ultimate aim is to insult every last person, and nation, in the world“), ni títulos como “Blow up the embassy” o frases de sus letras del tipo “You will see that terrorism is the key”. En realidad se trataba de una estrategia de ironía llevada a su más arriesgada pirueta y sacada de las artes marciales –otra de sus diversas influencias-, según la cual se intenta usar en contra del enemigo la propia fuerza de este. Sólo el público más avispado se dio cuenta de las dimensiones de la sátira, pero en un país como Estados Unidos y en tiempos de Reagan, y especialmente en los estados del sur, la reacción mayoritaria era de ofensa, indignación o directamente de odio y deseos de linchamiento, lo que a su vez fue una excelente promoción para el grupo.

Su postura política no seguía una dirección concreta ni respaldaba el programa de ningún partido, pero sí tenían claras sus ideas, como que la táctica de lograr que la gente crea que vive en situación de peligro inminente es un instrumento más de control por parte del poder, o que convertir a toda un raza en el villano oficial simplifica asuntos verdaderamente complejos hasta el punto de reducirlos a una falsa dicotomía entre “buenos” y “malos”. Pese a su particular vinculación biográfica con el choque de civilizaciones, o precisamente gracias a ella, estaban convencidos de que más allá de las diferencias culturales, la civilización occidental y la musulmana comparten más valores de los que a menudo se acepta o se cree, pero que a quienes detentan el poder les conviene perpetuar el actual estado de recíproca incomprensión. En gran medida, toda su pose de provocación y su confusa imagen pública aspiraban a vacunar al público contra esas tácticas de sometimiento, ayudándoles a descubrir sus propios puntos flacos –los resortes por los que reaccionamos en un determinado sentido-, enseñándoles a comprobar hasta qué punto es fácil manipular a la gente si se conocen y usan tales resortes y, por último, animándoles a evitar ser víctimas de tales estrategias de manipulación.

Como era de esperar, durante un tiempo fueron atacados por todo el mundo: policía, estudiantes, organizaciones religiosas, skinheads, derechistas, izquierdistas, radios, promotores… Por su parte, los miembros del grupo no tenían especial interés en participar en actividades políticas y lo que de verdad les importaba y les motivaba era la música, así que se dedicaron conscientemente a propagar su retórica confusa y agitadora, que unida a la negativa a conceder entrevistas terminó formando una enorme bola de desinformación y sospechas acerca de su identidad, sus orígenes y sus intenciones. De nuevo, la mejor propaganda posible para una banda modesta y limitada en medios. Finalmente concedieron algunas entrevistas radiofónicas en el 88 y el 89, ya al borde del final de su carrera, un final que ellos mismos habían pactado y situado justo en el instante anterior a que empezaran a repetirse.


En la actualidad, veinte años después de su disolución, los integrantes de la banda han seguido caminos distintos –algunos son empresarios, o profesores, o médicos-, y aunque han vuelto a conceder entrevistas y se plantean crear una página web oficial o incluso escribir un libro autobiográfico, no contemplan en absoluto la posibilidad de una reunión. Consideran que no hay necesidad de tal reunión, aun cuando muchos grupos de Punk, sobre todo aquellos que tienen miembros de doble nacionalidad iraní-americana, les citan como influencia e inspiración y tocan algunos de sus temas. Tampoco les hace falta el dinero, pese a haber recibido ofertas generosas, y en último término desconfían de las reuniones, especialmente las reuniones de grupos punk, y creen que contradicen la propia identidad y actitud del Punk. En realidad la Historia ya se ha encargado de mantener vigente su mensaje y de hacer que, décadas después, siga siendo tan actual y tan necesario como en el tiempo en que fue creado. O más aún.

(La información ha sido extraída de una entrevista ofrecida en el año 2009 por Omid, batería, guitarrista, productor y co-compositor en el grupo, y recogida en la página www.anus.com, así como de dos entrevistas de 1988 y de otros artículos y fuentes diversas procedentes de internet.)

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