Segundo disco completo
de este desparrame musical Porno-Grind, limitado a quinientas copias y obra del
pintoresco personaje llamado Omega-Etron, que vuelve a encargarse de todo en
solitario. En grabaciones de otras épocas había contado con baterías de sesión,
pero ambos discos completos los ha grabado enteros él. Las directrices no
cambian lo más mínimo, temas cachondos, música simple pero muy variada y efectiva,
voces tipo alcantarilla/cisterna junto a adorables gruñidos, poca velocidad, guitarras
corrosivas y bajos bulldozer de sonoridad MORTICIAN, títulos disparatados y en
general un humor muy imaginativo. De eso se trata, de pasarlo bien, hacer un
rato el cafre y echarse unas risas, que no por querer ser más underground que
nadie hay que tomarse las cosas a la tremenda.
Todos esos elementos
estaban ya en sus otras publicaciones y se mantienen aquí, y hay que decir que
este tiparraco se las ingenia para sacar leche de las piedras, porque consigue
que la música sea accesible, fresca y divertida pero sin dejar de ser Grind del
bruto, y todo a base de ideas directas pero ocurrentes y mucha variedad,
seguramente la clave para el éxito en este género. Son diecisiete temas, entre
ellos cuatro versiones (y en otros cuatro hay colaboraciones de invitados), una
hilarante intro, una instrumental con vacilada rocanrolera, y para despedir el
engendro un tema techno-friki como en su disco del 2010. Por el camino ha
habido samples, ruiditos, mugidos, algún solo bastante marciano, riffs básicos
y muchos ritmos contrastantes que dan ganas de acompañar a cabezazos. El género
en su mejor expresión, como muy bien describe su nombre Flatulencias
Magistrales.
Y para acabar, algunos
datos. El grupo lo montó hace una década, en una onda –según él mismo explica-
“Porn-Scat-Gore-Noise” al estilo de grupos como GUT, ABOSRANIE BOGOM, UTERUS,
AMOEBIC DYSENTERY o NECROBESTIALITY, pero después de quedarse solo al frente
del proyecto, éste adquirió tintes más Grind-Gore tipo REGURGITATE o ROMPEPROP.
En sus primeros Splits no usaba ni letras ni títulos (como sus compatriotas
S.C.D.), y ahora letras tampoco, pero esto no impide que exista un universo
lírico y que la música forme un conjunto coherente con los títulos y con las
diversas excentricidades sonoras que se marca. En este disco algunos de los
temas proceden de otros Splits o de álbumes de tributo, y entre eso, la
abundancia de temas ajenos y la presencia de intro/outro –mas un innecesario
silencio en esta última-, se queda corto y se echa de menos que hubiese
incluido más material propio y nuevo, más locuras y desvaríos porno-sonoros que
hubieran llevado este disco tan festivo aún más lejos.
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