En diversos lugares se cita a esta banda como un exponente de Deathcore, pero no creo que la etiqueta por sí misma abarque todo lo que ofrecen. Tienen elementos tomados del Deathcore, como los breaks, el sonido disparado de la batería o el sonido de la voz, pero si se piensa bien, esto es más la presentación externa de la música que la propia música. En esta hay lugar también para las influencias del Death europeo con ciertos giros melódicos (“Cast in stone” o “Modern mass control” son buenos ejemplos), y en general muestran un claro gusto por los riffs inteligibles y los ritmos regulares, es decir, presupuestos alejados del Deathcore más militante.
El grupo suena totalmente profesional y el disco está trabajado a conciencia, pero se les podría pedir una línea compositiva más individual, ya que su enfoque es el mismo de otros muchos grupos y, al igual que ellos, les falta forjarse una identidad propia. Tampoco contribuye a esto la alternancia de estilos en la que incurren a veces, porque no es que los fusionen, sino que pasan por uno después de otro sin más: de repente suenan unos gruñidos de gorrinillo en “Beholding the ocean’s throne”, o el tema se abre a una inesperada sección en plan Slam, al igual que en “You’re wretched”, o aparece un pasaje especialmente melódico, todo lo cual acaba dando una impresión de estilo muy poco unitaria.
Buenos solos y una oportuna y bien planteada instrumental en medio del disco son otros méritos a su favor, además de una lograda producción y en general el gran esfuerzo que demuestran con su primer álbum completo, rasgos estos últimos habituales en los grupos franceses. En su propio beneficio espero que logren singularizarse frente a la marea de competidores y que se decidan a no seguir caminos ya trazados, de esa forma podrán dejar atrás el encasillamiento en el Deathcore que amenaza con limitar su creatividad y que, en el fondo, les hace poca justicia.
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