Tanto va el cántaro a
la fuente que al final se rompe. Pues algo así les ha pasado a PATHOLOGY, que
de tanto ir al estudio año tras año, en alguna ocasión era de esperar que la
pifiaran. Y eso es lo que han hecho con este aburrido, monótono y caótico “Lords
of Rephaim”. Que conste que lo he oído como un millón de veces en estos meses,
todo seguido, cambiando el orden, sólo unos pocos temas, uno cada día varias
veces seguidas…. Da igual, no ha habido forma de que se me queden más de dos o
tres riffs en la cabeza. No hay por dónde cogerlo, y si llega a los mínimos es
sólo porque retiene algo del sonido y la personalidad de los PATHOLOGY de sus
dos primeros y más escabrosos trabajos.
No sé qué pasaba por
sus cabezas cuando planearon este disco, quizá la vuelta a la formación del
“Age of onset” les ha hecho dormirse en los laureles pensando que aquel pasado
glorioso se repetiría por pura inercia, quizá han intentado volver al registro
brutal de sus inicios pero sin pleno convencimiento y quedándose a medias, o
quizá simplemente se han forzado a cumplir su cita anual pero esta vez de
manera artificial y sin tener preparado material verdaderamente bueno. Sea como
fuere, han grabado lo que es sin duda su disco más flojo hasta la fecha.
Elaborando un poco más lo señalado, hay que decir que la fórmula de los últimos álbumes, la de hacer temas cortos pero concisos y unitarios, ha desaparecido y en su lugar se dedican a embutir todo tipo de cosas chocantes en lotes de dos minutos. Como ejemplo basta escuchar “Empire”, que no es más que cinco partes distintas ensartadas una detrás de otra, tan diferentes entre sí como todas las de los demás temas. Da igual que sean rápidas, lentas, pesadas, Slams o ultraveloces, están puestas en cualquier sitio, nada tiene sentido y uno acaba con la sensación de que se han empeñado en grabar un disco cada año incluso si para ello tienen que acabar metiendo todo lo que les salga en una tarde de improvisación y cervezas.
Elaborando un poco más lo señalado, hay que decir que la fórmula de los últimos álbumes, la de hacer temas cortos pero concisos y unitarios, ha desaparecido y en su lugar se dedican a embutir todo tipo de cosas chocantes en lotes de dos minutos. Como ejemplo basta escuchar “Empire”, que no es más que cinco partes distintas ensartadas una detrás de otra, tan diferentes entre sí como todas las de los demás temas. Da igual que sean rápidas, lentas, pesadas, Slams o ultraveloces, están puestas en cualquier sitio, nada tiene sentido y uno acaba con la sensación de que se han empeñado en grabar un disco cada año incluso si para ello tienen que acabar metiendo todo lo que les salga en una tarde de improvisación y cervezas.
Las partes melódicas
también han desaparecido -salvo por algunos leads que se podían haber ahorrado,
de puro anodinos-. Los solos ídem de ídem, los cual es una pena porque les
estaban funcionando muy bien y eran además un guiño de distinción en medio de
un panorama bastante dado a la endogamia. Pero es que la aparente vuelta a su
identidad más Gore se queda también en tierra de nadie y no llega al salvajismo
gutural de entonces, condicionada inevitablemente por todo lo que PATHOLOGY han
conseguido desde entonces en su evolución como músicos. Las partes Slam son las
más sosas, regulares y anónimas que he oído en bastante tiempo, propias de
grupos bielorrusos principiantes, y cuando intentan darles gracia les sale algo
peligrosamente cercano a un breakdown deathcorero. Por último, Matti Way suena
menos profundo que de costumbre y aburridamente invariable… ¿Qué nos queda al
final? El nombre, y la esperanza de que esto haya sido sólo un bache.
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