Y he aquí al grupo
menos “headbangeable” del mundo…Ya sé que no, era una broma, hay una larga
lista de muchos otros que los superan con creces, pero está claro que
MALIGNANCY no son un grupo directo, que sus ritmos no pueden seguirse a
impulsos físicos, ya sea a cabezazos, con los pies, o repiqueteando en una
mesa, y que se han propuesto desde hace tiempo que su batería no mantenga un
mismo patrón durante mucho rato seguido. Todo lo cual no es a priori ni bueno
ni malo, se trata de su estilo y en este reciente “Eugenics” lo consagran una
vez más como su identidad inamovible, por si alguien no lo tenía claro. Bien
pensado… quizá no sean tantos los grupos que los superan en esto del
retorcimiento a ultranza, el cambio continuo y el “más difícil todavía”.
Brutal Death técnico
pero no a la manera de OBSCURA, sino por el lado del citado retorcimiento y la
inestabilidad rítmica. La pericia con que los instrumentos consiguen ensamblar
entre sí sus distintas partes, todo ese meticuloso entramado de riffs,
redobles, cortes, acentos, etc., a cual más irregular, demuestra una maestría
digna de admiración. El riesgo es que acaben sonando fríos, o que obliguen a
una aproximación demasiado intelectual a su música, demasiado analítica, en
lugar de ofrecer una experiencia visceral, que sería lo propio del género (o lo
fue en sus orígenes). En general en este álbum esquivan bien ese peligro, y a
la vez que conservan su estilo, machacan sin piedad a base de una música
brutal, violenta y tremendamente intensa.
No deja de ser curiosa
la participación simultánea de Roger J. Beaujard en dos entidades tan
diferentes como MALIGNANCY y MORTICIAN, consagradas a la complejidad
compositiva y la excelencia instrumental, la una, y a la simpleza en ambos
apartados la segunda, hasta el punto de poder considerárseles como exponentes
arquetípicos de dos polos opuestos. La música de MALIGNANCY no está concebida
para provocar una reacción emocional más o menos inmediata, ni tampoco está
dotada de capacidad de sugestión o de creación de atmósferas, pero en
“Eugenics” sí logran al menos que sea expresiva, lo cual ya es mucho, porque es
ahí donde más se la juegan siempre con su peculiar propuesta y donde más
carencias suelen mostrar.
“Global systemic
collapse” y “Separatists”, por ejemplo, ofrecen secciones algo más regulares y
riffs que la memoria puede retener sin tener que hacer un Máster, y la segunda presenta
además una fantástica sección intermedia, con solos de guitarra incluidos, en
la que demuestran que se pueden combinar los ritmos espasmódicos con los riffs
inteligibles, sin renunciar, por tanto, ni a su estilo ni a una mayor cercanía
al oyente. Por su parte, el riff principal (??) de “Creatures of conformity” o
el principio de “The breach” parecen un híbrido entre PSYCROPTIC y CANNIBAL CORPSE
con algo de DYING FETUS, confirmando así los méritos generales de un disco que
consigue ser técnico, difícil y a la vez impetuoso y agresivo.
La producción,
magnífica, en línea con lo dicho sobre su música: lo bastante clara para que
todo se distinga a la perfección, pero con la potencia necesaria para aplastar
al oyente y cocearlo mientras agoniza. Por otro lado, y aunque esto sólo
empiece a suceder al cabo de muchas escuchas, el disco se “rentabiliza” más
cuanto más tiempo pasa, porque cuando uno consigue asimilarlo -tarea larga y peliaguda-
es cuando despliega todo su atractivo y puede apreciarse su rico catálogo de
riffs, ritmos, creatividad y trabajo minucioso. Eso sí, el caos estructural
provoca la impresión de no saber dónde se está en cada momento, y también
resulta innegable, casi desde un punto de vista estadístico, el abuso de
armónicos a la hora de estructurar los riffs, otra desafortunada marca de la
casa.
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