A la tercera va la
vencida: estos SAPROGENIC han dado un vuelco a lo que hicieron en sus dos
primeros álbumes, repletos de brutalidad gutural, complejidad excesiva y
confusión sonora -especialmente en el debut de revelador título “The wet sound
of flesh on concrete”-. Y eso que los integrantes son casi todos los mismos,
pero es que siete años desde “Ichneumonid” no pasan en balde. El cambio, como
siempre, complacerá a unos y decepcionará a otros, eso ya es cuestión de
gustos, de lo que se trata es de ver si lo hacen bien o no, y al margen de
opiniones personales hay que reconocer que lo hacen muy bien. Han engendrado un
disco poderoso de Death Metal clásico, que no añejo, y a la vez moderno, que no
modernete, con inspirados riffs, buena producción y francamente pegadizo.
El estilo recoge elementos de varias tendencias, sobre todo americanas, y los fusiona con coherencia: un poco de Florida, otro poco de IMMOLATION (la portada recuerda sin duda a su última obra), un algo polaco a lo NEOLITH o LOST SOUL, una buena dosis de oscuridad y el cóctel está listo. La mezcla es homogénea y no hay nada que resulte cantoso o que parezca fuera de sitio, lo cual tiene más mérito dada la amplitud de miras que presenta. Por otra parte, pese a estar publicado por Willowtip no es un disco de Death técnico ni progresivo, pero tiene técnica de sobra. La producción es nítida y ha logrado una tremenda pegada, la batería quizá peque un poco de sintética, pero en general el sonido resulta orgánico, oscuro y malévolo, y el disco es atronador.
Quizá lo que más llama
la atención desde el principio es lo imaginativos que son la mayoría de los
riffs y lo bien que entran a la primera. No son innovadores, pero sí
imaginativos, ocurrentes, directos, como se le quiera llamar. Y variados. Rítmicamente
no paran, prueban esquemas distintos, patrones cambiantes, algún ritmo
irregular, pero sin pasarse de incomprensibles, más bien buscando todo lo
contrario. Y las guitarras explotan generosamente todos los recursos del
instrumento recorriendo el mástil sin ponerse limitaciones. Partes pesadas,
partes rápidas, voz profunda que a veces alterna con otra rugiente, convicción
y fuerza venidas desde el más allá para este disco verdaderamente disfrutable y
adictivo.
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