Vaya animalada de
disco, ¿qué es esto, Ultra-Guttural-Brutal-Death o qué? Llamémosle
desquiciamiento sonoro y nos vale, porque no es fácil describir este ejercicio
de mega-cafrismo subsónico. La mayor parte del tiempo no hay manera de
distinguir qué está pasando, toda sensación rítmica está ausente y las
guitarras forman junto a la voz un amasijo sonoro imposible de atravesar. ¡Una
gozada absoluta! Por más que lo intento escuchar detenidamente, incluso con
cascos, apenas consigo enterarme de nada… y sin embargo van todos a la vez. Los
músicos, quiero decir. O sea, el conjunto tiene sentido, se nota que cada uno
está en su sitio, las cosas están bien hechas aunque resulten impenetrables, y
lo que se percibe no es un caos absurdo sino un misterio que desafía y seduce a
partes iguales. Una barrera de brutalidad con la que estrellarse una y otra
vez. Cuando lo oigo no puedo imaginarme músicos tocando, personas,
instrumentos, sólo monstruos sin rostro, pesadillas desfiguradas, el horror
primigenio…
Literatura aparte, la
descripción de este engendro sería más o menos la expuesta hasta aquí: ritmo
desdibujado, riffs indescifrables, una mole de distorsión y una voz que no es
más que un ruido informe y continuo, sin el menor asomo de patrones rítmicos y
que a veces ni siquiera gruñe, sino que crepita, cruje, chirría… Un par de
veces hasta se oye un bajo con momentos de protagonismo fugaz, pero el resto
del tiempo se funde con la maraña de guitarras. BRODEQUIN o DEVOURMENT se
quedan cortos como posibles paralelos, los primeros por inteligibles y poco densos
y los segundos por falta de velocidad y de enrevesamiento (sólo en comparación,
recordemos). ROTTED REBIRTH están más cerca de GUTTURAL SECRET, GUTTED, DEATH
DU JOUR, ORIGIN, el primer disco de WORMED o los primeros EMETH, y se
aproximan, aunque no llegan, a cosas como PORTAL. La sensación sonora que
transmiten puede recordar a grupos como ATHERETIC, ULCERATE, CROWPATH, COMMIT
SUICIDE o KALIBAS, y se podría decir que su propuesta se inspira en el espíritu
de unos ANAAL NATHRAKH, UNQUINTESSENCE, V.E.G.A. o THE AXIS OF PERDITION, sin
que, por supuesto, sus estilos se parezcan.
Eso sí, luego lo
estropean todo cuando de repente plantan unos convencionales pasajes Slam (pocos,
la verdad) y unos riffs perfectamente comprensibles con sus notas regulares y
su conocido palm-mute… ¿en qué estaban pensando? ¿Lo hacen para dar un momento
de respiro? ¡¡Si no hace falta!! Lo que queremos es más locura, más
bestialismo, más de todo y más enfermo. Plantear una propuesta tan extrema y
luego aligerarla con esos momentos es un contrasentido, y da rabia que no hayan
terminado de sonar inhumanos del todo superponiendo voces o añadiendo
disonancias, chillidos, ruidos, lo que sea, es una pena llegar hasta aquí,
haber hecho lo más difícil y quedarse a las puertas del abismo sin lanzarse de
lleno en él.
Por otra parte, lo que
reseñamos aquí es la reedición hecha en el 2012 del MCD originalmente publicado
en el 2009 por Bound To Dissonance (sello que a todas luces parece ser de andar
por casa, si uno se fija en los componentes de los dos únicos grupos que ha
editado). A ese MCD le han añadido una Demo de dos temas y le han cambiado la
portada por otra indudablemente mejor y más apropiada para el estilo que
practican. Es una pena que el grupo se separara poco después de aquel trabajo,
porque lo ideal sería haber regrabado esos dos temas, componer alguno más y
parir un disco completo verdaderamente devastador que fuese la abominación de
todas las abominaciones. Además, esos dos temas son tan inferiores en sonido a
los cinco principales -también en composición, pero no tanto- que la
continuidad respecto a ellos no existe. El estilo es prácticamente el mismo, o
muy parecido, pero el sonido es tan malo que se disipa toda la sensación de
brutalidad del EP: la música se distingue, por desgracia, es como una
radiografía de lo que habíamos oído en los cinco primeros temas y en cierta
manera se rompe el misterio y el halo de fascinación alucinada que provocaban. Si
a todo esto le unimos que el conjunto dura veintitrés minutos, cuesta aceptar
que el EP se haya convertido en algo más que un EP sólo porque la compañía lo
diga.
Para terminar, una
curiosidad sobre la formación: el batería Andrew Sutton y el “cantante” James
Ipock (que no fue el mismo que vio los últimos días de existencia de la banda)
tocaron juntos en el también extinto grupo de Black FUNERAL EUCHARIST pero
intercambiando sus papeles, Ipock a la batería y Sutton a la voz, además de
guitarra y bajo. Y este mismo Sutton se marchó con Dylan Cox (sustituto de
Ipock en ROTTED REBIRTH) a formar VISCERAL THRONE junto a dos de sus
excompañeros de KINGDOM, el otro grupo que había sido editado por el sello del
EP de ROTTED REBIRTH, Bound To Dissonance. Lo dicho, todo queda en casa.
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