El Death griego no ha
parado de crecer en los últimos tiempos, con nombres de largo recorrido como OBSECRATION
a los que se han ido añadiendo los más recientes DEAD CONGREGATION o
RESURGENCY. El equivalente en el Brutal Death serían los ya clásicos INVERACITY
junto a grupos asentados durante este milenio como MASS INFECTION, HUMAN
REJECTION o TERRORDROME, y finalmente nuevas incorporaciones como CEASE OF
BREEDING, ABNORMAL INHUMANE o BIRTH THROUGH GORE (nombre parecido al de quien
nos ocupa, y más proclive aún a la confusión si pensamos que su disco del 2012
se titula “Reign of depravity”). Ciertamente, la tendencia a la endogamia está
presente en todas partes del planeta, apenas hay escuelas nacionales -salvo
donde las hubo desde un principio, caso de Holanda o los países nórdicos- y
tampoco en Grecia se libran, como queda claro. Al menos estos BIRTH OF DEPRAVITY
aportan cosas propias que les ayudan a llamar la atención en medio de la
avalancha de compatriotas.
En principio esto es
Brutal Death a la americana sin más misterio, pero sobre esta base bien
conocida añaden ciertos elementos: el más llamativo, el gusto por moverse en la
tesitura aguda más que en la grave, de manera que las guitarras parecen ejecutar
una sucesión continua de frases solistas. El resultado es algo parecido a
imaginar a SPAWN OF POSSESSION creyéndose DISGORGE. No está nada mal, y desde
luego ofrece más posibilidades que el quedarse sólo en los primeros trastes del
instrumento, registro que también usan cuando les conviene (“Enslaved in
somnium”, “Misconceived superiority”, etc.), demostrando que no rehúyen los
riffs simples y de pocas notas, pero que tampoco es ésa su principal aspiración.
Otro punto a su favor
es que la batería se integra bastante bien con los demás instrumentos a la hora
de estructurar los riffs y no se limita a marcar el ritmo sin más. A diferencia
de tantos discos en los que acaba siendo poco más que un elemento de fondo y
dando la sensación de que un mismo patrón podría acompañar cualquier riff por
distinto que fuese, aquí la batería sí tiene relevancia. Aparte de colaborar en
los riffs, también dirige los cambios de unas partes a otras dentro de los
temas, y en general todos los músicos trabajan juntos. Además, pese a ser
Brutal Death, muy a menudo los tempos rápidos no están hechos a base de blasts,
sino a la manera tradicional de batería rápida a contratiempo, lo que le da un
punto bastante retro y una variedad interesante.
Sin embargo, no siempre
siguen los procedimientos explicados y muchas veces caen en lo previsible y lo
ordinario, e incluso dentro de sus riff/leads no todo el material es
interesante o igualmente inspirado. El resultado, como tantas veces, es que la
mayoría de los temas se parecen demasiado. Por otra parte, la variedad rítmica
no va mucho más allá de los dos tempos principales, el rápido y el
ultrarrápido, y las ocasionales partes pesadas en medio, de manera que al final
la aportación de los leads continuos pierde chispa y se difumina en ese mar
indiferenciado. El paso de “Patterns of hatred” a “Dehumanization by Hellfire”
es un claro ejemplo, de hecho son tan parecidos que uno se pregunta si lo han
hecho adrede.
La voz también podría
mejorar y ganar en variedad, aunque al menos tiene dos registros, el gutural de
siempre y uno áspero y rasgado que a veces recuerda a los NAPALM DEATH más
vociferantes. Lo mejor lo consiguen
cuando superponen los dos, como en “Dehumanization by Hellfire” o ya
desde el primer tema, “Enormous voracity”. Y la producción, mediocre y con un
sonido poco más que decente, les quita buena parte de la potencia que podrían
tener, aunque refuerza el carácter retro tan peculiar ya mencionado.
Para el final dejan el
estupendo “The coming of the ineffable”, que demuestra por contraste todo lo
que he dicho: este tema sí tiene personalidad, respira y fluye mejor que la
mayoría, también usa las fórmulas descritas (voz, leads, batería, ritmos) y
consigue no caer en los errores del resto del álbum. En realidad lo que plantea
da para mucho más e inexplicablemente lo dejan poco más que esbozado, otra
prueba de que el grupo tiene talento pero aún debe pulir muchas cosas. En
general ésa es la impresión que deja el álbum, la de contar con ideas propias
-de las que tal vez ni son conscientes del todo-, talento, inquietud y sobrados
recursos técnicos, y sólo les falta ordenarlo bien para poder sacarle el máximo
partido.
(Originalmente publicado en Xtreemmusic.com)
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