Ordenador arreglado y susto superado: cuestión de virus y movidas de ese tipo, una puesta a punto, una bonita suma que se llevan los técnicos sin saber nunca si en realidad les habrá llevado o no tanto tiempo como te dicen, una factura en la que este supuesto no se explica como a uno le gustaría... ¡y todo listo! Al menos los fontaneros te detallan los gastos de material, mano de obra y demás, lo hinchan un poquito pero más o menos todo está a la vista y hay un margen limitado para el siseo, o el taxista que te quiere llevar por una ruta particularmente larga no te venda los ojos y siempre cabe la posibilidad de que le pilles vilmente. Pero es la era de la informática, qué le vamos a hacer. Que tampoco quiero yo sugerir nada fraudulento, faltaría más, pero a uno siempre le queda la mosca detrás de la oreja con estas cosas...
Sea como sea, que sea para bien. Por ahora subiré una reseña más -pensaba hacerlo en cualquier caso, porque el disco lo merece, pero es que además coincide que hoy me viene bien para salir del paso sin complicarme mucho-, y mañana... vuelta a donde lo había dejado. Como si nada.
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