En su quinto disco
completo ARSIS siguen haciendo lo que mejor han hecho siempre, ese híbrido de
Death técnico y Thrash melódico que tan buena prensa tenía hace diez años y que
ahora está tan de moda denostar. También queda muy “in” despotricar por sistema
contra todo lo que venga de sellos grandes, de manera que ARSIS tienen todas
las papeletas para que les den por todas partes. Allá cada cual, pero el grupo
no se ha alejado tanto de donde estaba cuando empezó y en todo caso con este
trabajo recuperan su estilo más reconocible. Se les podrá acusar de repetirse,
pero no de ir por la vida de vendidos ni de oportunistas. Tampoco serían más
genuinos por haber seguido con Willowtip, simplemente están en un sello cuya
mayor proyección mediática les beneficia y luego ya los bodrios que a la casa
le dé por publicar -que son muchos- no serán culpa de ellos. Lo que es una pena
es que por culpa de ciertos prejuicios uno se pierda buenos discos como este
“Unwelcome”.
Siempre es difícil
insistir en un mismo estilo y superar lo hecho anteriormente, sobre todo si se
empezó con tan buen pie como ARSIS. De hecho no lo hacen, pero vuelven a estar
tan en forma como entonces y eso se agradece. La energía fluye en cada tema, se
nota una vibrante inquietud compositiva en todo el álbum, con multitud de
registros, ritmos y secciones, y técnicamente el listón está igual de alto, con
aquella misma precisión diabólica a la hora de encajar a toda velocidad la
lluvia de arpegios, leads y redobles que no descansan ni un momento. También han
abandonado las fórmulas más facilonas, hechas para cumplir con ciertos sectores
del público poco exigentes, así como los aires retros de Rock convencional y
las insinuaciones groovies. Esto vuelve a ser Death melódico de brillante y
privilegiada factura técnica pero al estilo ARSIS, es decir, sin pretender
abrumar al respetable haciendo una estéril exhibición de ejercicios por el
mástil, sino usando la técnica en aras de la música, y además a velocidad de
vértigo.
Lo que le falta para
ser un trabajo de primera es tener partes más inspiradas y temas que pudieran
aspirar a ser clásicos. En ese sentido se queda corto, hay buenas ideas pero
poco perdurables, hay ritmos intrincados, ejecución más que pulcra, pero se
echan en falta “temazos” que sirvan de orgulloso estandarte al álbum. Hay
estupendos temas, eso sí, como “Martyred or mourning”, complejo y violento, el
veloz “I share in shame”, un muy técnico “Scornstar”, o “Handbook for the
recently departed”, que tiene de todo, estrofa Death, pre-estribillo melódico,
guitarras a lo IN FLAMES antiguos, voces y ritmos alternantes y un buen solo.
Los solos, por cierto, son uno de los apartados más logrados, son técnicos pero
con sentimiento, y nunca un mero alarde de agilidad. Por último, el otro gran
punto negativo es la voz de James Malone, que no sé si es que se está quedando
sin ella o es que la grabación es mala, pero suena como en un segundo plano,
sin fuerza, por momentos como si le costara, y encima tiene un solo timbre y
una sola inflexión, salvo cuando la dobla con un registro más gutural. Pero siendo
una voz que ni siquiera es personal y estando su dueño ocupado con la doma y
sometimiento de las seis cuerdas, no veo por qué no se plantean añadir a
alguien que les dé un empujón en este terreno.
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