Este es el disco que podrían haber grabado EXODUS en los últimos años si hubieran tenido la energía necesaria. En lugar de eso han caído en una espiral de indolencia y de autobombo que les ha llevado a componer temas larguísimos -y a menudo aburridísimos-, aparentemente convencidos de que dar muchas notas y enlazar millones de riffs insustanciales impresiona a alguien a estas alturas. Pero bueno, esa es otra cuestión… La traigo a colación porque el parecido entre este segundo álbum de LAZARUS A.D. y el de sus ilustres compatriotas es muy grande a nivel estilístico, tanto en las guitarras como en los ritmos o, de manera especial, en la voz, y se hace inevitable comparar… Aunque esta vez es el aspirante el que sale ganando.
Esto es Thrash del nuevo milenio, con enormes dosis de frescura y dinamismo pero sin perder ni una pizca de agresividad. Son potentes y se mueven a sus anchas en terrenos Groove y medios tempos, pero a la vez incitan a sacudir la cabeza al ritmo de sus riffs de toda la vida. Como parte de su sello de identidad y como aportación al género cuentan con unos estribillos fácilmente recordables, muy directos, ideales para corear y de vez en cuando hasta melódicos (como en el tema-título, entre otros varios sobre todo en la parte central del álbum). Lo bueno es que no resultan chocantes ni parecen un pegote, sino que están perfectamente integrados y además le dan el toque de renovación necesario a la música. A veces recuerdan al último y reciente disco de ANTHRAX (aunque éste salió después), o incluso a cosas clásicas de los de Scott Ian. Una muestra más de cómo han sintetizado un buen puñado de influencias dentro de un estilo personal y actualizado.
Quizá la voz sea el capítulo que más podrían haber mejorado, sobre todo en las estrofas, ya que ahí los patrones rítmicos tienden a repetirse a base de usar el mismo ritmo entrecortado y cuesta distinguir unos temas de otros. Tampoco puede decirse que ningún tema en concreto destaque como una maravilla que perdurará siempre, por separado ninguno es deslumbrante, pero el conjunto es muy sólido. Y si a todos los méritos señalados les añadimos una buena labor solista, los arreglos justos, una producción clara y potente y un sonido ni retro ni modernillo, el trabajo está hecho: Thrash con influencias conocidas y hasta prestigiosas, pero alejado de plagios, Metal de antes y a la vez de ahora, una muy buena revisión de lo que ha dado el estilo hasta hoy y la prueba de cómo encontrar su propia continuidad y evolución. Es decir, lo que EXODUS podrían haber hecho -y deberían, como cocreadores del género- pero que, quizá por el peso de los años o la falta de espontaneidad, han cedido en beneficio de estos aventajados aprendices.
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