Cuarto disco de uno de los proyectos en solitario más conocidos dentro del Death Metal americano, el formado en exclusiva por Shaun LaCanne. Las directrices de sus tres trabajos anteriores no cambian para este "Blood fetish", aunque se puede decir que sí mejora el resultado, la forma de plasmar tanto sus gustos musicales como su tendencia estilística: los temas van directos a la médula mediante riffs sencillos pero eficaces, ritmos variados y contrastantes y una notable gama vocal. Con grupos como PUTRID PILE uno siempre sabe lo que va a encontrar y el margen para las novedades está descartado, pero al menos se puede esperar que lo que hace lo haga con gracia y sin repetirse más de lo aceptable, y ambas cosas se cumplen aquí.
El mayor mérito de este disco, incluso frente a sus predecesores, es que deja total libertad para que los cambios vayan y vengan a su aire y la música no se vuelva aburrida ni monótona. Es la decisión más inteligente cuando el punto de partida es grabar todo la misma persona y además con batería programada. Otro acierto es que los riffs siguen también esta idea principal de alejarse de lo más previsible. Ciertamente son riffs de factura Death intachable, pero introducen a menudo motivos melódicos o partes llamativas que les dan un aire más fresco de lo habitual en estas propuestas. El disco consigue así un buen nivel de amenidad sin renunciar a sus presupuestos básicos de brutalidad y sin traicionar el género.
Aun así, el lastre de una batería excesivamente maquinal se deja notar al cabo de poco rato, al igual que la producción demasiado lineal, sin relieve y falta de dinámicas. Ambas cuestiones se potencian entre sí y dan como resultado una creciente indiferencia a medida que pasa el tiempo. Recuperan la atención y la capacidad de sorpresa con el riff principal de "Tortured soul" y a partir de ahí rentabilizan el incluir dos temas que no llegan al minuto de duración y que le dan un renovado sentido del contraste a lo que queda por sonar. Entre unas cosas y otras al final el objetivo se cumple y el disco, sin ser una joya, resulta interesante y ofrece un más que entretenido rato de Death Metal machacón a la americana con unas cuantas buenas ideas de por medio.
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