DREAMING DEAD vienen de Estados Unidos, concretamente de Los Angeles, y presentan su segundo opus tras su debut "Within one" de hace tres años. Comandados por la guitarrista y vocalista Elizabeth Schall, practican un Death Melódico con reminiscencias ocasionales de DEATH, sobre todo por algunos desarrollos más pseudo-técnicos que recuerdan a las audacias de Schuldiner, aunque se quedan muy lejos. En este trabajo el grupo lo completan Juan Ramírez al bajo y voz de apoyo y Mike Caffell como batería y también voz secundaria. El grupo demuestra buen hacer, ideas claras y mucha energía, sobre todo su líder, que tiene trabajo extra compaginando sus dos labores y logra hacerlo con soltura.
La parte compositiva, sin embargo, no va mucho más allá de una buena recreación de las fuentes que les sirven como punto de partida e influencia. Han filtrado toda esa herencia y por el camino no le han añadido nada especialmente personal, todo suena correcto y entretenido y de hecho sirve para pasar un buen rato, pero les falta ambición a la hora de presentarse como una propuesta con nombre propio. Lo curioso es que al mismo tiempo dan indicios de poder hacerlo, porque los temas inicial y final, ambos instrumentales, y el tema que está justo en medio del álbum, a modo de bisagra y también instrumental, son lo más variado y llamativo del disco. Quizá ellos no lo ven así y plantean como composiciones principales los temas "normales", pero justo en estos es en donde más tiran de tópicos previsibles, mientras que en los otros tres aparecen interesantes aportaciones, velocidades variadas, partes acústicas, ambientes casi Doom, ramalazos de BLACK SABBATH, una mayor expresividad y en general un rango más diverso de elementos.
Los temas principales, como decía, ni tienen ideas especialmente inspiradas ni salen mucho de una serie de patrones preestablecidos. Hay momentos algo más ocurrentes, como el principio de "Lapse" o alguna sección intermedia de "Overlord", pero ahí queda todo. Su mayor mérito por encima de lo compositivo es la ejecución, intensa y convincente, con unos arreglos guitarreros bastante trabajados, aprovechando bien los dos canales con partes que se complementan entre sí, un bajo nítido que frasea con autonomía y una voz rabiosa a la que se suman las otras dos ofreciendo oportunos contrastes. Lo dicho, han aprendido bien la lección y la plasman con eficacia, ahora falta que hagan la suya propia.
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