A principios de los 90 el sello Grind Core International editó varios discos a cargo de bandas estadounidenses de Death Metal muy prometedoras pero que se quedaron en la casilla de salida, y de alguna más de ellas seguro que habrá ocasión de hablar aquí en otra ocasión. Hoy es el turno de PARALYSIS, oscura banda con un nombre muy poco distinguible que solo sacó dos Demos y este disco y luego desapareció como si nada, siendo su mayor contribución a la historia de la música extrema el hecho de que su cantante pasó acto seguido a convertirse en el frontman de SOILENT GREEN y poco después también el de GOATWHORE, bandas que en la actualidad sigue encabezando. Solo sacaron un disco, pero menudo disco, qué depuración del género tan completa, pese a no ser ya un año exactamente temprano, qué fiel devoción a las tinieblas y la oscuridad, como muy bien reza el título. Y es que aunque el nombre del grupo fuese muy genérico y de paso muy poco deathmetalero, el resto de su propuesta es como un decálogo del buen Death Metal añejo y lóbrego, empezando por el título y pasando por la portada, los títulos de los temas, por supuesto el sonido, la tesitura de la voz... hasta llegar a los temas como tal, los riffs arrastrados y tétricos en medio de guturales de marcado gusto rítmico. PARALYSIS no tenían intención de ir más allá de todo lo que pueda sugerir una fría tumba en medio de la noche, están apegados a las más lúgubres esencias del estilo y se mueven dentro de parámetros totalmente convencionales, dentro de los más ortodoxos patrones de la oscuridad.
De vez en cuando sobresale una línea de bajo con ese sonido redondo y punzante tan característico, como en "Mausoleum" o como en el tema-título, seguida aquí poco después por unas guitarras dobladas y por un cambio en el registro de la voz, estrategia esta última que se convierte en una constante a lo largo del álbum y gracias a la cual consiguen alejar el riesgo de monotonía que por momentos les amenaza. Pero en general lo que hay son riffs básicos con pocas notas, insistente y claustrofóbicamente repetidos, todo muy simple, la mayor parte del tiempo con un tempo lento y usando ritmos pesados pero con gancho. Lo más frecuente es que el grupo ataque en bloque un mismo riff, como se ve con claridad en el principio de "Decomposed", tema en el que se permiten un poco más de recorrido por el mástil y en el que nuevamente recurren con habilidad a la segunda voz. El registro principal de la voz aún no es demasiado subterráneo, como corresponde a la época en que se grabó, y básicamente consiste en los guturales cavernosos y retumbantes tipo Chris Barnes, siempre buscando un extra de pegada en su diseño rítmico y a menudo lográndolo. Con CANNIBAL CORPSE tienen sin duda una cierta deuda en varios apectos -cosa nada rara, por otra parte-, en el enfoque de la voz, en las excursiones melódicas del bajo, en algunos riffs concretos y en el ambiente general, pero también guardan vínculos con los THERION que empezaron haciendo Death Metal en "Of darkness..." -no podría estar mejor traído- y "Beyond sanctorum", y más aún con grupos donde la velocidad no tiene tanto protagonismo, como MORTA SKULD, ROTTREVORE, INCANTATION o AUTOPSY, así como con la rama escandinava del género, dando lugar con todo ello a un disco muy digno que respeta a ultranza los cánones del Death más pútrido y tenebroso.
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