miércoles, noviembre 27, 2013

MOON- The nine gates (2013)

El músico australiano Miasmyr ha producido en pocos años un buen número de Splits, Demos y EPs al frente de este proyecto en solitario de Black Metal depresivo y atmosférico. Ahora llega su segundo álbum completo, originalmente editado hace unos meses por la alemana Schattenkult Produktionen con una tirada de cien cintas en formato profesional, y ahora reeditado en CD por la casa también alemana Moribund Records, quienes ya reeditaron su debut “Caduceus chalice” del 2010.

Como si de un viaje al ultramundo se tratara, “The nine gates” nos lleva por parajes de desolación interior, por estados en los que el alma se sobrecoge ante la contemplación de la oscuridad esencial. La banda sonora del vacío y el aislamiento en estado absoluto. Suspendidos por la reiteración de los ritmos y la lentitud de los tempos, los sentidos se abren y dejan paso a una serie de visiones alucinadas en forma de seis temas, una intro de inquietante sonoridad y un interludio ambiental y percusivo.

Sólo “Poison from the abyss” y el tema final “Gate of the moon” se adentran en la velocidad y el salvajismo que identificamos con el Black más áspero, el resto se consagran al empeño de levantar un paisaje perpetuo de desesperación transmitido mediante música. Capas y capas de sonido, disonancias, arpegios, distorsión frenética, voces desquiciadas, extraños ruidos en medio de un ambiente de delirio… cuesta hablar de instrumentos, porque el poder de seducción que se alcanza es tal, que uno se olvida enseguida de ellos y cae en una suerte de trance que le absorbe, al estilo del “To anabainon ek tes abyssu” de BESTIA ARCANA pero logrando un conjunto mucho más regular.

Junto a la hipnótica capacidad de fascinación y a la técnica de superponer y acumular planos, lo mejor del disco son las voces. Ni siquiera parecen voces… NYKTALGIA tenían voces difusas y aterradas, pero estas son por momentos tan borrosas que se deshacen en la masa sonora como un éter maléfico y la conducen aún a un mayor paroxismo. Desde el primer tema, “Inhale darkness”, el planteamiento se hace evidente, pero alcanza sus mayores cotas en “Astral blood”, una particularmente depresiva “Lilim drowning” y la citada “Gate of the moon”.

“Sabbat” es otro gran tema, de una oscuridad más intensa que el resto y surcado por estridentes y turbadoras notas agudas. Junto al mencionado “Lilim drowning” y de nuevo, aunque por razones distintas, “Gate of the moon”, probablemente sean los momentos más logrados del álbum. Pero es en el último donde todas las técnicas, trucos, obsesiones y desvaríos de Miasmyr son llevados al límite y consiguen la verdadera apoteosis con la que cerrar el disco como se merece. Más efectivo que BENIGHTED IN SODOM, más conciso que su compatriota STRIBORG y a la altura de XASTHUR o su también compatriota ABYSSIC HATE, MOON tiene ya un lugar de privilegio en el panteón de las bandas unipersonales de Depressive Black Metal.

domingo, noviembre 24, 2013

VALKYRJA- The antagonist's fire (2013)

Gran disco el tercero de estos suecos llamados como el último y reciente álbum de TÝR, con quienes no comparten nada, ni procedencia geográfica ni estilo musical, salvo el paso por Metal Blade, ya que fue este sello el que editó hace tres años su segundo trabajo, “Contamination”. VALKYRJA practican un Black de amplio espectro, que no se encierra en ningún subgénero concreto y que aspira a estar por encima de fundamentalismos. Que no se escandalice nadie, porque es Black por los cuatro costados, solo que enriquecido con diversos elementos de la larga tradición que les ha visto nacer, e incluso con alguno de otros géneros.

Con dos miembros de ONDSKAPT en sus filas podría pensarse que VALKYRJA también se ciñen a la ortodoxia más pura, a las esencias arcaicas del sonido sueco representadas por MARDUK o DARK FUNERAL, pero no. Parten de ellas para ir más allá y expandir su legado, desplegando pasajes melódicos de carácter épico, armonías grandiosas con aires a lo DISSECTION en “Storm…”, continuos leads de guitarra y una impresionante gama rítmica. Sin hacer nada novedoso, el resultado es un disco que desborda intensidad y también variedad. No es sólo caos, maldad y fuerza bruta, por momentos da protagonismo a las atmósferas emocionales, pero cuando tiene que desatar un torbellino de furia destructora, lo hace sin contemplaciones.

Sólo un tema baja de los cinco minutos, alguno supera los ocho y el último casi alcanza los diez, pero hay tantos cambios que no existe riesgo de aburrirse ni el menor atisbo de monotonía, y al mismo tiempo esos cambios no impiden que los temas estén sólidamente estructurados. La voz, sin embargo, resulta bastante monótona y apenas varía ni su registro ni su manera de modularla. Lo más peculiar viene con la inclusión de ciertos ritmos, riffs o frases que coquetean a veces con el Death y a veces casi con el Heavy, y que asombrosamente nunca dejan de sonar netamente Black. El aspecto rítmico es otro gran logro, no se ponen límites y tampoco reniegan de la velocidad y los blasts, cuya presencia incluso aumenta hacia el final del álbum. Unido todo esto a cierta accesibilidad general que no llega a confundirse con traición a los cánones, el disco puede ser un buen consuelo para muchos de los que se hayan sentido decepcionados por el último trabajo de WATAIN.

martes, noviembre 19, 2013

GRIFT- Fyra elegier (EP, 2013)

Primer EP de esta banda sueca de reciente creación formada por dos miembros, J. Hällback a la batería y Perditor a todo lo demás. El disco aparece ahora en formato vinilo MLP a cargo de Blut & Eisen Productions, pero originalmente lo editó como MCD el sello sueco Nordvis Produktion, que parece estar haciéndose con un buen plantel exclusivamente nacional de bandas de Black o Post-Black, aunque en este caso la propuesta se queda lejos de la capacidad sugestiva de otros como STILLA o, particularmente, SKOGEN. El disco peca de simplista y pasa sin pena ni gloria, hasta el punto de poder pensarse por momentos que fuese una Demo reconvertida en disco oficial.

Al margen de que esto no sea Black noruego ni Raw Black ni, menos aún, vaya en la línea de las brutalidades de unos IMPIETY, lo menos que se le puede pedir, ya que se trata de Black melancólico, es que consiga crear atmósfera. Y no lo hace. La evocación que debería despertar sólo llega -y en parte- en el último tema, pero los tres anteriores son planos, tanto en composición como en sonido y en ritmo. Las guitarras apenas salen de sus riffs básicos, el bajo se limita a doblarlas y la batería mantiene monótonamente el mismo ritmo. La voz es lo único que podríamos considerar verdaderamente expresivo, no original ni personal, pero al menos expresivo.

Sin embargo, en el mencionado último tema las cosas mejoran bastante: aparecen unos arpegios levemente depresivos, unas interesantes líneas de bajo, voces que recitan con frialdad nórdica, largas melodías de notas tenidas… en general la suficiente variedad como para mover al oyente y ser por fin música medianamente cautivadora. Incluso la propia monotonía del ritmo cumple su papel, porque casa con el tempo lento y el carácter casi Doom que le han dado. Si el disco merece una escucha es sólo por este tema, lo que de paso nos recuerda que por ahora se trata sólo de un primer trabajo.

lunes, noviembre 18, 2013

BLOOD I BLEED / LYCANTHROPHY- Split (2013)

Para quien conozca a MY MINDS MINE esto no será nuevo, porque BLOOD I BLEED son su continuación tanto en componentes como en estilo, el mismo Grindcore rápido y encabronado, de temas cortos y simples pero hechos con mucha gracia. El Grindcore tampoco llega mucho más lejos, estuvieron NASUM, siguen PIG DESTROYER y siempre habrá grupos como BEYOND TERROR BEYOND GRACE, TROCOTOMBIX, STILLBIRTH, BEATEN TO DEATH o GRIDLINK que estiren los límites del género y se empeñen en darle nuevos aires, pero lo que tenemos en este breve Split se mueve en el estilo clásico, el de unos PHOBIA, ROTTEN SOUND o RETALIATION, recogido por los más recientes MUMAKIL o WORMROT.

Dos o tres riffs básicos, batería a toda velocidad y una voz que se desgañita chillando como si le estuviesen acuchillando entre veinte tíos. Algunos temas como “Lust” dejan de lado los blasts por una batería rápida tipo tupa-tupa-tupa, o en “Never kneel” y algunos más por un ritmo D-Beat, aunque es excepcional y dura poco, la fórmula protagonista es la anterior y los temas superan por poco el minuto de duración o no llegan. Pero es que lo hacen de maravilla, igual que cuando funcionaban bajo el nombre de MY MINDS MINE. No sé qué tienen estos holandeses en sus cabezas que son capaces de hacer el mismo tema una y otra vez y conseguir que siempre suene distinto, fresco y salvaje.

La otra mitad del Split la completan los checos LYCANTHROPHY, en una onda más áspera, algo más cercana al Powerviolence de CAPITALIST CASUALTIES o los modernos HATRED SURGE, cruzado con el Thrashcore de clásicos como S.O.B. o ATTITUDE ADJUSTMENT y una buena dosis de la violencia de ASSÜCK. Es una propuesta musicalmente más variada, también menos directa, pero igual de furiosa, rabiosa y cafre. Son siete temas, tras once de los holandeses, el disco dura poco pero lo aprovechan al máximo y no se hace corto, y les da tiempo a cambiar, parar, correr, gritar, gruñir y lo que haga falta. El Grindcore de siempre no da para mucho más.

sábado, noviembre 16, 2013

Converge rivers of Hell (Split, 2013)

Lo de este Split es asombroso: tres bandas distintas, una hora larga de música y… ¡un solo músico! El australiano Dis Pater lleva en esto poco, al menos bajo ese nombre, pero ya le ha dado tiempo a montar y deshacer dos proyectos y mantener otro con vida, todos los cuales configuran este “Converge rivers of Hell”. Se trata de un más que interesante Split, ya que cada “grupo” tiene su propia personalidad pero al mismo tiempo el disco sigue un hilo conceptual y musical, de forma que todo resulta unitario. MIDNIGHT ODYSSEY y THE CREVICES BELOW hacen Black, un Black por momentos bastante edulcorado pero Black al fin y al cabo, mientras que en TEMPESTUOUS FALL encontramos un Funeral Doom estático, lento y agónico, ideal para fans de PANTHEIST o SKEPTICISM. Lo que ofrece MIDNIGHT ODYSSEY es un peculiar Black con rasgos melódicos, más sombrío que diabólico, a diferencia del enfoque más atmosférico de THE CREVICES BELOW, y de los tres proyectos es el único que sigue oficialmente en activo; no deja de extrañar esta idea, porque en realidad el dueño del tinglado puede ponerlos a funcionar en cuanto le apetezca, pero bueno, eso ya es otra historia.

El hilo argumental que une las piezas es un recorrido por los ríos del Hades, mientras que musicalmente todas tienen en común su larga duración, que sólo en dos temas baja de los diez minutos, y sobre todo un mismo impulso, un mismo gusto por las grandes dimensiones, que se refleja en esa duración pero también en la magnitud de sus secciones y en la de sus frases. Está claro que Dis Pater tiene un don para construir este tipo de temas y que se maneja de maravilla con materiales de tal envergadura, a la manera de unos THORNS OF THE CARRION o los portugueses DESIRE, porque los combina haciendo siempre que el paso de uno a otro sea suave y tenga sentido, de manera que el ensamblaje final forma un todo homogéneo. Además las dimensiones le permiten recrearse en largas intros, explorar distintos ambientes, estirar las transiciones para crear tensión o cambiar el registro de la voz según convenga a cada parte. Personalmente, me quedo con los dos últimos temas, “Cocytus” de TEMPESTUOUS FALL y “Styx” de MIDNIGHT ODYSSEY, casualmente los únicos que bajan de los diez minutos, pero no por esto, sino porque creo que son los más inspirados y los más arrebatadores.

El rango vocal a lo largo del disco va de lo oscuro y cavernoso hasta voces limpias y entonadas pasando por lúgubres salmodias de fondo, y todas ellas son usadas para definir la personalidad de cada proyecto. Considerando que está hecho todo por una sola persona, la sensación de unidad es tremenda y los instrumentos suenan perfectamente empastados entre sí. A esto ayudan los omnipresentes teclados, que vienen a ser como la argamasa que une el conjunto con su sonoridad ampulosa, encargándose muchas veces de las melodías principales por delante de las guitarras. Junto a ellos hay una serie de arreglos ambientales, elegidos y ejecutados con el mejor de los gustos y con notable sentido de la contención. No es música ambiental, ni mucho menos, pero su capacidad para crear ambientes es enorme, como lo son las dimensiones de todos los materiales que pone en juego o su gusto por los detalles. Una música sugestiva que obliga a sumergirse en ella con la mente en blanco para poder apreciar toda su oscura belleza y toda su capacidad de evocación.

miércoles, noviembre 13, 2013

ORANSSI PAZUZU- Valonielu (2013)

Tercer álbum del “Pazuzu Naranja” y tercer capítulo de su paranoia espacio-psicodélica-postBlack ideal para perturbados o iluminados, cosas que a veces coinciden en una sola mente. Para la ocasión mantienen las líneas maestras de los trabajos previos, una propuesta reconocida unánimemente entre las más interesantes y adictivas de la actualidad, pero no llegan al mismo nivel. Al margen de que su debut de hace cuatro años parecía un disco inalcanzable y sin embargo su continuación lo superó en varios aspectos, a éste le falta regularidad, un hilo conductor, una estructura interna sólida. Hay buenos temas, fidelidad a su propio estilo y un buen nivel general, pero no lo rematan con la ambición y la inspiración demostradas otras veces y que serían necesarias para poder hablar de un discazo.

Aquel debut estaba todavía cerca del Black Metal y conservaba algunos de sus elementos, como los trémolos de una nota, los ritmos marciales de batería, la velocidad, aun siendo ocasional, o la intensidad de temas como “Myöhempien Aikojen…”. No eran constantes, ni mucho menos, pero aún servían de anclaje para esas raíces que ahora cuesta ya encontrar. En “Valonielu” perdura como mucho la sensación de oscuridad, el aire de esoterismo y demencia, pero sólo como rasgos de carácter, ya que elementos Black propiamente musicales no hay, salvo quizá la voz. Ahora bien, todo esto no es ni bueno ni malo, pueden practicar el género que les dé la gana y de hecho han creado uno propio a base de mezclar influencias de Psicodelia, Black, Post-Black, Space-Rock y Doom. Su música es pesada pero a la vez etérea, se arrastra como un dragón furioso y a la vez flota como una nebulosa psicotrópica. Es una especie de ritual iniciático hecho mediante sinuosas líneas de bajo, capas y más capas sonoras que se superponen y una voz que compite con teclados y guitarras por ver quién encuentra el sonido más sorprendente.

El estilo permanece casi igual, con toda su extravagancia, su gusto obsesivo por la repetición, sus ritmos entrecortados y su radical sentido de la identidad, y los temas como tal no son muy inferiores a otras veces, sin embargo el disco en conjunto es irregular. “Valonielu” tiene claramente dos mitades, ambas con dos temas de mediana extensión seguidos de un supertema larguísimo. Lo mejor está al principio, con los dos primeros, genuinamente ORANSSI PAZUZU, mientras que los dos al comienzo de la segunda mitad bajan bastante el nivel, sobre todo el prescindible “Reikä maisemassa”. Tanto el primer como el segundo trabajo del grupo hay que escucharlos del tirón, sin saltar los momentos más ambientales tipo “Siirtorata 100 10100” porque son necesarios para el desarrollo del álbum entendido globalmente. Se trata de un viaje alucinante y alucinado y hay que hacerlo de principio a fin para vivirlo a fondo. Pero aquí esa sensación se pierde, no hay una línea que atraviese todos los temas y los una en un solo espíritu porque su magnitud no da para tanto y hay demasiados cambios para tan poca extensión. En una hora larga de exigente música como la del “Kosmonument” de hace dos años -con un título muy descriptivo-, los bajones de intensidad articulaban el conjunto porque las propias dimensiones de éste lo necesitaban para no morir de puro paroxismo, pero “Valonielu” está lejos de esa grandiosidad y no consigue conectar bien sus materiales.

En su debut empezaron ya con los temas de ocho minutos que luego retomarían en el citado segundo álbum, ahora lo han llevado más allá y los han convertido en dos mastodontes de doce y quince minutos respectivamente. Pero mientras que hasta ahora esos temas de ocho o nueve minutos tenían unidad, en este disco ya no. El más largo, “Ympyrä…”, en realidad son tres temas distintos pero empalmados uno detrás de otro. Le pueden llamar como quieran, pero es así, de la misma forma que si hubieran quitado las separaciones entre los seis temas, o lo que en el disco se presenta como seis temas, no habrían obtenido uno solo de tres cuartos de hora. Pues esa es la idea. Y en “Uraanisula” ocurre algo parecido: minuto y medio de intro acústica, luego un tema de seis minutos, otro de dos minutos intercalado en medio y por último retoman el anterior, el principal, para hacer que acabe durando los ocho minutos a los que nos tenían acostumbrados. Y es una pena, porque hacían fantásticos temas largos, macizos y de una pieza, y los sabían estirar y llevarlos hasta el borde mismo de la extenuación sin rebasarlo nunca. A favor de “Ympyrä…” hay que decir que sus cinco primeros minutos son fabulosos, cómo construyen poco a poco la tensión, cómo surge de entre las sombras, cómo va creciendo un germen diminuto hasta definirse al final en una frase concisa poco antes de estallar… Si lo hubieran continuado habría sido glorioso. También los últimos cinco minutos son dignos de alabanza, con su majestuosidad barroca también en “crescendo”, todo un delirio hipnótico que cierra el álbum dejando una gran sensación. Aunque no la mejor posible.

domingo, noviembre 10, 2013

ARSIS- Unwelcome (2013)

En su quinto disco completo ARSIS siguen haciendo lo que mejor han hecho siempre, ese híbrido de Death técnico y Thrash melódico que tan buena prensa tenía hace diez años y que ahora está tan de moda denostar. También queda muy “in” despotricar por sistema contra todo lo que venga de sellos grandes, de manera que ARSIS tienen todas las papeletas para que les den por todas partes. Allá cada cual, pero el grupo no se ha alejado tanto de donde estaba cuando empezó y en todo caso con este trabajo recuperan su estilo más reconocible. Se les podrá acusar de repetirse, pero no de ir por la vida de vendidos ni de oportunistas. Tampoco serían más genuinos por haber seguido con Willowtip, simplemente están en un sello cuya mayor proyección mediática les beneficia y luego ya los bodrios que a la casa le dé por publicar -que son muchos- no serán culpa de ellos. Lo que es una pena es que por culpa de ciertos prejuicios uno se pierda buenos discos como este “Unwelcome”.

Siempre es difícil insistir en un mismo estilo y superar lo hecho anteriormente, sobre todo si se empezó con tan buen pie como ARSIS. De hecho no lo hacen, pero vuelven a estar tan en forma como entonces y eso se agradece. La energía fluye en cada tema, se nota una vibrante inquietud compositiva en todo el álbum, con multitud de registros, ritmos y secciones, y técnicamente el listón está igual de alto, con aquella misma precisión diabólica a la hora de encajar a toda velocidad la lluvia de arpegios, leads y redobles que no descansan ni un momento. También han abandonado las fórmulas más facilonas, hechas para cumplir con ciertos sectores del público poco exigentes, así como los aires retros de Rock convencional y las insinuaciones groovies. Esto vuelve a ser Death melódico de brillante y privilegiada factura técnica pero al estilo ARSIS, es decir, sin pretender abrumar al respetable haciendo una estéril exhibición de ejercicios por el mástil, sino usando la técnica en aras de la música, y además a velocidad de vértigo.

Lo que le falta para ser un trabajo de primera es tener partes más inspiradas y temas que pudieran aspirar a ser clásicos. En ese sentido se queda corto, hay buenas ideas pero poco perdurables, hay ritmos intrincados, ejecución más que pulcra, pero se echan en falta “temazos” que sirvan de orgulloso estandarte al álbum. Hay estupendos temas, eso sí, como “Martyred or mourning”, complejo y violento, el veloz “I share in shame”, un muy técnico “Scornstar”, o “Handbook for the recently departed”, que tiene de todo, estrofa Death, pre-estribillo melódico, guitarras a lo IN FLAMES antiguos, voces y ritmos alternantes y un buen solo. Los solos, por cierto, son uno de los apartados más logrados, son técnicos pero con sentimiento, y nunca un mero alarde de agilidad. Por último, el otro gran punto negativo es la voz de James Malone, que no sé si es que se está quedando sin ella o es que la grabación es mala, pero suena como en un segundo plano, sin fuerza, por momentos como si le costara, y encima tiene un solo timbre y una sola inflexión, salvo cuando la dobla con un registro más gutural. Pero siendo una voz que ni siquiera es personal y estando su dueño ocupado con la doma y sometimiento de las seis cuerdas, no veo por qué no se plantean añadir a alguien que les dé un empujón en este terreno.

miércoles, noviembre 06, 2013

BROKEN GLAZZ- Divine (1991) + Broken glass (Demo, 1990) 2013 Reissue

Qué historia tan apasionante la de estos italianos… Lo que se sabe de ellos es que la banda existió durante unos pocos años y que editaron un par de discos con la también italiana Dracma Records (al parecer se han reunido y llevan un tiempo en activo de nuevo, aunque ¿quién no hoy día?). Era ya la década de los 90, el Thrash más genuino había dado paso a la evolución técnica del género y en breve lo haría a los experimentos progresivos, pero en estas aparecen BROKEN GLAZZ y se marcan una soberbia discografía que en aquel momento pasó desapercibida pero que a la vuelta de las décadas ha sido reeditada con total merecimiento y para suerte y disfrute de todos nosotros.

Ahí es donde podemos situar su debut “Divine” de 1991, en las coordenadas de un género ya maduro que había adquirido reputación internacional gracias a sus méritos instrumentales y compositivos, espoleados ambos desde un principio por aquella gran banda hoy día de infausto recuerdo y nombre indigno. La diferencia con BROKEN GLAZZ es que casi todo el Thrash de los 90 es admirable pero a menudo insípido, mientras que ellos derrochaban vitalidad, inspiración e ideas frescas. Si hubieran aparecido en los EEUU hoy no estaríamos hablando de un grupo desconocido ni harían falta reediciones excepcionales, porque estos italianos, con muchísimo menos apoyo, estaban a la altura de REALM, INTRUDER, TOXIK o HEATHEN, por no hablar de los erráticos FORBIDDEN de aquel entonces. Tampoco habrían tenido mucha competencia si hubieran sido alemanes, con un estilo mucho más inmediato que el de DESPAIR o MEKONG DELTA y muy superior técnicamente a unos EXUMER o unos DARKNESS. Pero nacieron en la falda del Mediterráneo, en la Europa latina, en un siempre infravalorado sur donde tantos talentos pasaron desapercibidos en el Thrash de esos años.

No me enrollo más: Punishment 18 ha reeditado “Divine” acompañado de la primera Demo del grupo, de 1990, al igual que reeditó hace un par de años “Withdraw from reality” añadiéndole el EP “Solitude” de 1994. La presentación no es deslumbrante pero cumple de sobra, gracias a un libreto de  ocho páginas con las letras de los temas, fotos y una caricatura de la banda y algunos artículos de revistas. Con esta reedición terminan, pues, de ofrecer al público la obra completa de BROKEN GLAZZ, que se desarrolló de forma aislada pero que no cabe calificar como promesa ni diamante en bruto, pues toda ella muestra un asombroso nivel de depuración y se nos presenta en cada entrega como un producto perfectamente acabado.

“Divine” es puro Thrash Metal ochentero con rasgos melódicos y ocasionalmente algo Heavys, y podría haber sido sin ningún problema el segundo álbum de FLOTSAM AND JETSAM tras su debut de 1986. Quizá tampoco desentonaría en ciertos momentos de la carrera de AGENT STEEL o LÄÄZ ROCKIT. Tiene esos largos desarrollos instrumentales tan FLOTSAM, parecidas líneas vocales, las maravillosas intros acústicas del Thrash recién inventado, las guitarras armonizadas propias del fervor post-NWOBHM, un irresistible sonido cortante y directo... Y todo ello sin reminiscencias concretas de grupos por aquel entonces ya consagrados, salvo algunas frases en los temas “Faces on the floor” y “Mindless transparency” demasiado parecidas a los ANTHRAX del “State of euphoria”. Nada terrible, en cualquier caso, porque el grupo iba sobrado de imaginación e ideas propias.

Y luego está la Demo… Si esta reedición alcanza niveles de perfección no es sólo por “Divine”, es por la Demo. O, mejor aún, por la unión de ambas en un solo paquete. Decisiones así son las que perpetúan la validez del formato físico y mantienen vivo el interés de quienes buscan incansablemente joyas perdidas como estas. “Divine” son cuarenta y cinco minutos de Thrash glorioso en ocho temas, algunos con duraciones por encima de los seis, los siete y hasta los diez minutos. Parece obvio esperar que todo lo que se le incorpore después serán los típicos extras de relleno, con cierto valor arqueológico pero en definitiva curiosidades, anécdotas, pasatiempos. Nada más lejos: la Demo por sí sola no sólo es perfecta, sino que es superior al propio “Divine”.

Evidentemente se trata de una Demo y hay que valorarla como lo que es, pero es que como tal Demo está a un nivel estratosférico, por composición, por ejecución, por convicción, por personalidad del grupo, hasta por sonido, que no es profesional ni mucho menos pero tiene una plasticidad tan real, tan directa, que parece que estuvieras metido dentro de la música. La gama dinámica en “Abstract” es algo que hoy día se ha perdido por completo, con su sutil grado de matices y su expresividad en las subidas y bajadas de las acústicas. Y la intensidad con la que el grupo destripa los temas es pasmosa, no hay más que dejarse aplastar por “Total despair” o comparar la interpretación de “Some day” -único tema repetido entre ambos trabajos- frente a la versión ralentizada que grabarían luego para el comentado larga-duración. Sinceramente, esto es lo mejor que conozco en Demos de Thrash junto a la Demo de 1988 de HOLY ORDER y a “The second faith” de 1991 de FALSE PROPHET. Temas como “Walkin’ the line”, el citado “Some day” o la instrumental “Broken silence” son la culminación del Thrash en todas sus dimensiones, y la edición conjunta de esta Demo junto a “Divine” es sencillamente sublime.

viernes, noviembre 01, 2013

PYREXIA- Feast of iniquity (2013)


Chris Basile es a PYREXIA como John Mc Entee a INCANTATION o Erik Rutan a HATE ETERNAL, dueño y señor del grupo y único miembro permanente a lo largo de sus muy variadas encarnaciones, con la curiosa salvedad de que no es miembro fundador. Excepto el cantante de su segunda y actual etapa, juraría que nadie ha repetido en dos full-lengths de PYREXIA, quienes comparten con los citados INCANTATION venir de Nueva York, pero en absoluto filiación musical. Sí la comparten con los también neoyorkinos SUFFOCATION e INTERNAL BLEEDING, por similitudes estilísticas, por el ir y venir de músicos -especialmente Guy Marchais- entre estas formaciones y, en el caso de los primeros, por el trabajo compartido previamente en MORTUARY. Hoy día las conexiones prosiguen en la figura de los baterías Doug Bohn y Dave Culross, que se sucedieron en SUFFOCATION a mediados de los años 90, que hoy día militan respectivamente en PYREXIA y SUFFOCATION y que, para rematar la jugada, han grabado a medias la batería de este “Feast of iniquity”.

El disco podría definirse como un intento de incluir las diversas tendencias del grupo a lo largo de su carrera, sin privilegiar ninguna y cuidando de que no haya estridencias molestas, pero al final se decanta demasiado por las partes pesadas y los ritmos machacones, con un resultado en el que todo es correcto pero nada destaca. El estilo, como digo, no es ni de lejos el de “Sermon of mockery”, pero tampoco se han entregado en cuerpo y alma a moderneces demasiado Groove, hay un poco de todo y la verdad es que lo fusionan con bastante elegancia y manteniendo el sentido de unidad. No tengo nada en contra de este estilo “híbrido”, ni tampoco del que alterna tendencias pasando de una a otra cada poco rato, creo que mi tarea es informar de cómo es y valorar qué tal lo hacen dentro de ese estilo, y el resto ya es cosa de los gustos personales de cada cual.

El caso es que dentro de este estilo les ha quedado un disco demasiado plano: el principio con “The pendulum” es arrollador, Brutal Death de manual a toda velocidad, con blasts furibundos y riffs directos tras una introducción corta y efectiva. Parece una declaración de intenciones, pero a partir de ahí el repertorio se irá abriendo progresivamente -aunque sin los saltos y las bruscas sorpresas de un “System of the animal”-, los tempos se relajan, aparecen partes pesadas, ritmos diversos y aires moderadamente groovies. La ejecución de todos los músicos es impecable, principalmente la batería, así como una voz que ruge, grita, cambia de registro, se dobla a sí misma y en todo momento vocaliza los textos con una claridad inusitada en el género. Nada que objetar ahí, ni tampoco a las guitarras y a su habilidad con trémolos y palm-mutes propios del estilo neoyorkino, el problema es que las composiciones no dan la talla, especialmente a partir del quinto “Cryptic summoning” y en toda la segunda mitad.

Quizá deberían haber sido más severos a la hora de desechar materiales, porque muchos son propios de temas extra, caras B, rarezas o recopilaciones de retales sobrantes, caso de “Thy minion”, “Panzer tank lobotomy” o “Born of a jackal”. Y no porque sean temas lentos, sino porque los riffs son ramplones, sin más, y encima los repiten demasiadas veces. En toda esta segunda mitad, además, flirtean con elementos que tienen algo de Death, algo de Thrash, algo de Slam y algo de Deathcore, sin que se defiendan del todo en ninguno de esos campos. La batería sigue siendo lo que salva los trastos en esos momentos y lo que mantiene vivo el interés, pero los temas como tal caen uno tras otro en el pozo de la indiferencia.

Al menos, como en general son cortos (diez en media hora, la cuenta es fácil), la intensidad está garantizada, además van al grano a base de ideas simples, sin filigranas técnicas, y en las primeras escuchas es poco probable aburrirse. Otro aliciente es la mencionada variedad, sobre todo rítmica, ya que hay temas como “Infliction” que conservan la velocidad incluso sin necesidad de abusar de blasts, y esta regresa en “Wheel of impunity” con una furia demoniaca que contrasta con el resto de temas y le da el rango de brutalidad que se espera por parte de PYREXIA y que en este disco se echa de menos. Cierran con “The feast”, un tema también veloz pero no tan desaforado como los pocos que le preceden en esta categoría.

En otro orden de cosas, la portada es obra del conocido Toshihiro Egawa, autor también de la de su anterior “Age of the wicked” del 2007, quien en ambos casos, pero sobre todo en este “Feast of iniquity”, ha creado imágenes más sintéticas y menos orgánicas que las de trabajos previos para DEVOURMENT, LIVIDITY, KRISIUN o DEFEATED SANITY -inevitable traer a la mente la del “Chapters of repugnance”- y más en línea con otras como la del “Torture of decimation” de HUMAN REJECTION. La producción peca también de este carácter aséptico y demasiado digital, le falta vida, realismo, presencia, y no sé hasta qué punto habrá influido en ello la mezcla y masterización de Zeuss, productor habitual de grupos como THE ACACIA STRAIN, HATEBREED o BLEEDING THROUGH y que, en una coincidencia más, también mezcló y masterizó el último trabajo de SUFFOCATION, “Pinnacle of bedlam”.

Se puede alabar la variedad del disco, sobre todo rítmica, o el hecho de que mantiene abiertas vías para seguir creando Death Metal en pleno 2013 sin repetirse eternamente como le pasa a tantos grupos de Brutal Death y a la vez sin salirse mucho de los cánones ni ponerse a hacer cosas raras (en el peor sentido del término). Todo eso son virtudes objetivas que hay que reconocerle, pero al final cuenta tanto o más la capacidad de levantar pasiones y conquistar al oyente, y en ese sentido el disco pierde fuerza tras unas pocas escuchas. Todo es bastante correcto, muy profesional, muy trabajado, bien planeado y llevado a cabo, pero… le falta ingenio, garra, la chispa suficiente como para haber creado temas que den ganas de oír una y otra vez. Me recuerda a ciertos álbumes de MALEVOLENT CREATION donde ocurre algo parecido, son irreprochables pero difícilmente te exaltarás con ellos o te pondrán en estado de trance. Aunque hacer predicciones en una reseña suele ser absurdo, me atrevo a pensar que el tiempo pasará por este “Feast of iniquity” y lo dejará atrás sin pena ni gloria.